Valores democráticos | Domingo Miliani | Por Ramón Rivasaez 

 

Este escritor y crítico literario nació en Boconó, estado Trujillo el 16 de junio de 1934 y falleció en Caracas en el 2002; su aporte a Venezuela fue en el campo del humanismo, al servicio de  la consolidación de una cultura democrática.

Miliani a lo largo de su vida sostuvo una lucha por la sobrevivencia; en una oportunidad contó que, para seguir sus estudios, tuvo que ser piloto de una avioneta fumigadora en extensos sembradíos en los llanos venezolanos; fue uno de sus tantos oficios.

Fue así como egresó del antiguo Instituto Pedagógico Nacional de Caracas en 1956, en las especialidades de Castellano, literatura y latín; posteriormente, marchó a México para egresar de la Universidad Nacional autónoma de México (UNAM) en 1966, donde hizo doctorado en Literatura Hispanoamericana, mediante beca que le otorgó el Centro de Escritores Mejicanos.

Dedicado a tiempo completo a la investigación literaria, es autor de extensos trabajos sobre la cuentistica venezolana; fundó y fue el primer director del Centro de Estudios Latinoamericano Rómulo Gallegos en 1974, (CELAR), durante el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez; desempeñó la dirección de estudios e investigaciones de la Biblioteca Nacional, entre 1991 y 1994, presidente de la Fundación del Museo de Ciencias de Caracas.

Antes ejerció la docencia en la Escuela de Letras de ULA, en el Pedagógico Nacional de Caracas, en la UCAB, Universidad Simón Bolivar, profesor invitado de la UNAM (México); docente invitado en la universidad de Campinhas (Brasil), en Salamanca y en la Complutense de Madrid, España.

Entre sus obras, destacan «Una constante en la poesía de Andrés Eloy Blanco» (1961); Fermín Toro (1963);  «Uslar Pietri, renovador del cuento venezolano (1969); «La realidad mejicana en su novela de hoy» (1969); «Vida intelectual de Venezuela (1971);. «Prueba de fuego, narrativa venezolana (1973); «Tríptico venezolano » (1985); «Mario Briceño Iragorry» (1989); «País de lotogafos» (1994). En 1969, publicó «Recuentos», un texto de relatos; también escribió poesía.

En el 2002 fue nombrado embajador de Venezuela en la República de Chile, pero renunció al poco tiempo, al observar el autoritarismo del nuevo régimen que, al final, quebrantó la democracia. Para Domingo Miliani primero estaba sus valores democráticos.

En sus últimos días, se refugió como lo hizo Rosseau, en una pequeña granja en su lar nativo, Boconó, pero la parca le sorprendió en una breve visita a la ciudad capital.

 

 

 

 

 

 

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