Dedicó a Luis Eduardo Pepper
Aunque a comienzos de la década de los sesenta se le llamó ministro-policía cuando enfrentó con decisión y firmeza el movimiento insurreccional que amenazó la estabilidad del gobierno del presidente Betancourt, Carlos Andrés Pérez (Rubio 1922-Miami 2010), se constituyó, al transcurrir de los años, en un personaje paradigmático de la democracia mundial, siendo hoy al cumplirse el centenario de su nacimiento en el principal referente para el resurgir de los valores democráticos en un país que fue el faro de la libertad en ibero América hasta hace poco más de dos décadas.
Al cumplirse el centenario de su natalicio Carlos Andrés Pérez no solo es evocado hoy por sus millones de correligionarios sino por Venezuela entera que, revaloriza su ideario político de avanzada, futurista y visionaria propuesta de una nación, que se incorporaría al círculo de los países del primer mundo, gracias a sus esfuerzos de estadista.
Un hombre cuya gestión inicial se apoyó en la nacionalización petrolera, para profundizar los cambios necesarios en materia económica, la consolidación de la zona del hierro; la democratización del crédito agropecuario, la reforestación a través de CONARE, la descentralización administrativa, el programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho, el sistema nacional de Orquestas juveniles e infantiles, fortalecimiento de la educación a través de nuevas universidades y miles de escuelas a lo largo de todo el territorio nacional, la creación del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), la fundación del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, la electrificación, la vialidad e importantes inversiones en salud, dejó plasmado, en parte, un anticipo de gestión política como jamás alguien se había atrevido a adelantar en una nación latinoamericana.
Tal obra conllevó que al estadista venezolano se le nombrara el 30 de enero de 1976 vicepresidente de la Internacional Socialista, organización que, entonces presidida por el canciller alemán Willy Brandt, agrupa a los principales partidos socialdemócratas del mundo. CAP fue directivo de este foro internacional hasta el 30 de enero de 1992.
Líder indiscutible de su organización AD, a la cual adhirió en 1941, fue diputado, por primera vez el 5 de enero de 1947 hasta el 24 de noviembre de 1948, cuando se produjo el golpe de estado contra el gobierno del presidente Gallegos.
Durante la dictadura de MPJ se vió obligado a marchar al exterior, y, en Costa Rica, junto a Betancourt organizo la resistencia, pensando siempre en retornar para reconquistar la democracia; a la caída de la dictadura regresó a reconstituir su formación política, maltrecha por los asesinatos de Leonardo Ruiz Pineda y otros líderes de AD. Posteriormente retornó al parlamento desde el 5 de enero de 1958 hasta el 2 de febrero de 1960; desde el 12 de marzo de 1962 asumió como ministro del interior hasta el 12 de marzo de 1963, cuando acomete con dureza la defensa del gobierno del presidente Betancourt que era sometido a distintas intentonas por las guerrillas urbanas y rurales financiadas desde Cuba. Pérez repelió a sangre y fuego el asalto de la insurrección armada contra el gobierno constitucional.
Regresa al parlamentarismo; es el jefe de la fracción de su partido; entre el 20 de enero de 1969 y el 2 de febrero de 1974 es el secretario general de AD. En 1973 es postulado por las bases de su organización a las elecciones presidenciales de 1973 que ganó por abrumadora mayoría; asumió en 1974 hasta 1979, con una bonanza petrolera inédita, que según el BCV y el Instituto Nacional de Estadísticas el Producto Interno Bruto ( PIB) tuvo en 1977 un máximo histórico, registrado por la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
Luego, en 1988 es elegido nuevamente presidente de la República que ejerció entre 1989 y 1993, cuando es defenestrado por una conspiración que se gestó en el seno de su partido por facciones que, ramificadas y apoyadas en aliados circunstanciales contra la democracia, dieron al traste con una gestión que buscaba sentar las bases de una nación que sería el referente de la democracia hemisférica. CAP convocó a los mejores talentos venezolanos en su segundo período lo que, desafortunadamente, no fue comprendido por la cúpula de AD de entonces. La conspiración contra el presidente Pérez propició lo que vino después; el holocausto de los últimos 22 años que ha oscurecido el horizonte venezolano. La democracia recibió un hachazo del cual no se ha repuesto, sin embargo, la evocación de CAP y sus ideales democráticos están vigentes como nunca. Aquí debemos invocar a Heraclito, quien advirtió nada es permanente, todo cambia, se transforma; en fin, millones de conciencias aguardan por la resurrección de la vida democrática de la nación; tengamos fe y esperanza.
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