Por Ramón Rivasáez
Dedico a Lenin Pérez Rangel
El poeta Antonio Pérez Carmona, nació en el caserío La Medialuna, muy cerca de Escuque, estado Trujillo, el 8 de junio de 1934 y falleció en Valera, también en Trujillo, el 4 de diciembre de 2007, después de una larga trayectoria periodística que, finalmente transformó en una tenaz carrera literaria que comprendió la novela, el ensayo, la crítica y la narración corta, además de la poesía.
Aunque Pérez Carmona, mostró simpatía por la administración militarista que ascendió al poder en 1999, nunca ejerció cargo público alguno; sabemos de su solidaridad y acercamiento al proyecto democrático que fue la gestión del que, quizá, fue uno de los mejores gobernadores trujillanos del siglo XX, José Jesús Muchacho Bertoni; el poeta escuqueño fue uno de los artífices para que el artista sureño Dámaso Ogaz, fundase la Escuela Experimental de Diseño que reemplazó a la antigua Escuela de Artes Plásticas, Monseñor José Humberto Contreras.
Fue una institución que recibió todo el apoyo del entonces gobernador José Jesús Muchacho Bertoni, dada la novedad que iba a formar técnicos textiles, en base a cultivos de algodón que se desarrollaría en la zona baja del estado, e imprimiendo un inusitado impulso económico regional. Infelizmente el proyecto fue torpedeado por la estrechez polítia de algunos caudillos locales.
Pero, esa es otra historia; en el caso que nos ocupa, Antonio Pérez Carmona, fue un escritor que, a última hora, retomó su pasión por la narrativa y el ensayo; en consecuencia en el 2004, publicó, quizá la más amplia y completa antología poética que se haya editado en Venezuela hasta la fecha. En un primer tomo, su voluminosa antología Viaje por la poesía venezolana y el orbitar universal, recogió la más exhaustiva investigación sobre quiénes escribieron poesía en el país, desde los Cuicas pasando por Andrés Bello hasta las generaciones más recientes.
Lo más relevante de esa investigación literaria, fue su amplitud de criterios, pues, no hubo omisiones bajo ninguna excusa, por lo general, enfoques sesgados u olvidos deliberados. El requisito fue el oficio, el amor a la escritura, el fuego de la creación literaria.
Bien, por ese ensayo o antología poética, Antonio Pérez Carmona, pudo ser incluido como aspirante al premio nacional de literatura de 2005, pero la mezquindad del centralismo cultural impuso su dictadura.
Antes, Antonio Pérez Carmona, ejerció el periodismo en el estado Trujillo, durante el régimen tenebroso de Marcos Pérez Jiménez, en el cual fue víctima de carcelazos, torturas y persecución. Llegada la democracia, laboró para La Esfera, de Caracas, trabajó con el doctor Ramón J. Velásquez; ganó el premio de poesía Un Canto al lago de Maracaibo, que convocó el Diario de Occidente de la capital zuliana; viajó a España para culminar sus estudios de derecho, pero el periodismo fue más fuerte y terminó cubriendo la insurrección armada que estremeció la República de la década de los sesenta.
Después se sumó al periodismo regional; el diario El Tiempo; la corresponsalía del diario caraqueño El Universal, finalmente el novísimo Diario de los Andes Trujillo, le sedujo y fue uno de sus principales redactores y columnistas.
En cuanto a publicaciones literarias, en 1971 entregó su primer título, Visión de Trujillo, libro que mostró una síntesis de de su elegante prosa poética, con lo cual da inicio al ciclo que dedicó a revalorizar el arte de los trujillanos en todas sus manifestaciones en su celebrado ensayo Los Cuicas y sus herederos poéticos, aparecido en Caracas en 1979; en 1982 le editaron su poemario De la nostalgia. Ese mismo año, Pérez Carmona publicó Hombres y tierra mágica, cuya prosa poética nuevamente cautivó a los lectores; en 1986, editó su única novela Paula; una historia ficcionada donde la magia de la poesía está presente a través de la efímera existencia de un personaje codiciado por la tragedia.
En el 2006, un año antes de su muerte, Antonio Pérez Carmona publicó Antología narrativa que reúne sus textos Paula, Cambises y Muerte por agua, que le revelan como un narrador de vigor, portador de la fuente maravillosa de una imaginación rica y sugerente, libro que recibe la bienvenida de Adriano González León, Ramón Palomares, Pascual Venegas Filardo, Oscar Guaramato y Rafael Ramón Castellanos.
Un escritor que, como Antonio Pérez Carmona, nos invita a amar a los valores de la tierra, a los hombres corajudos que jalonaron la historia de un terruño, trágico y poético al mismo tiempo. Un creador que amó la libertad del hombre por lo cual sufrió cárceles, persecuciones e incompresiones de no pocos e huidizos personajes.
Durante toda su vida APC, defendió las libertades fundamentales del hombre, el estado de derecho, la libertad de expresión, los derechos humanos, todo diluido, esfumado en las trágicas circunstancias en que agoniza una ex República, como lo acuñó el poeta falconiano Rafael José Alfonzo