Valores democráticos | Andrés Eloy Blanco | Por: Ramón Rivasaez

 

No solo fue el poeta más popular y celebrado de Venezuela sino uno de los demócratas de mayor prestigio que haya nacido en esta nación; Andrés Eloy Blanco, se distinguió además como orador y humorista de primer orden.

El poeta que nació en Cumaná, estado Sucre el 6 de agosto  de 1896 y falleció en Ciudad de México el 21 de mayo de 1955; sufrió carcelazos y confinamiento durante la tiranía de Juan Vicente Gómez, luego de las protestas estudiantiles de 1928; fue perseguido  y encarcelado en el castillo de San Felipe de Puerto Cabello, de dónde sale en 1932 y finalmente confinado entre Valera y Timotes.

AEB, egresado de la UCV con el título de doctor en ciencias políticas y sociales; había fundado el Partido Nacional Democrático y al poco tiempo a AD, junto a Rómulo Betancourt, Gallegos, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Gonzalo Barrios y otros dirigentes.

Años después con el triunfo electoral del presidente Rómulo Gallegos, propuesto por AD, es elegido diputado y preside la Asamblea Constituyente, luego es nombrado ministro de Relaciones Exteriores hasta el  golpe de estado que llevan a cabo los militares encabezados por el coronel Marcos Pérez Jiménez y otros oficiales sediciosos, que impusieron la censura de prensa y una escalada represiva que obligó al exilio al poeta Andrés Eloy Blanco, Rómulo Betancourt, Luis Beltrán Prieto Figueroa y otros connotados dirigentes de Acción Democrática y de otras formaciones políticas. El triunvirato militar que asaltó el poder adoptó un férreo control sobre el país, en especial en materia policial con  un inocultable carácter anti democrático, en desacato a los derechos humanos y de la Carta de las Naciones Unidas; impuso restrictivas medidas contra el estado de derecho, y las libertades públicas en general.

El poeta Andrés Eloy Blanco que había participado activamente en la clandestinidad, en apoyo a los máximos líderes políticos de AD, Leonardo Ruiz Pineda, Alberto Carnevalli y Antonio Pinto Salinas, es enviado al exilio, en resguardo de su vida.

No obstante, el 21 de mayo de 1955, un accidente de tránsito pone fin a la vida de quien compartió la  creación poética con el duro trabajo de la clandestinidad de la década de los cincuenta, período en el que luchó arduamente por el restablecimiento de la democracia en Venezuela.  AEB dejó constancia de su entrega, su valentía en defensa de los logros de bienestar social conquistados por el breve gobierno del presidente Gallegos; su lucha clandestina por la recuperación de la institucionalidad y el respeto a los derechos humanos, conculcados por la dictadura. Fue un poeta que amó la democracia y se inmoló por esta noble causa.

 

 

 

 

 

 

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