Este abogado y periodista merideño nació el 28 de septiembre de 1914 en la localidad de Mucuruba, donde muy pronto dio muestras de su indoblegable amor a la lucha por la libertad de su pueblo; eran días de tiranías, de feroces regímenes autocráticos, de dictadores.
En sus inicios, el periodismo fue el asidero para expresar su inconformidad con lo que acontecía en esa gran hacienda en que convirtieron los caudillajes a Venezuela; el joven merideño decidió ser abogado y cursó derecho en la ULA, luego siguió la carrera en LUZ, en Maracaibo, donde laboró en Panorama, en la redacción de cables en la sección de información internacional. Antes, había dirigido los órganos de prensa Democracia, Avanzada, El Pueblo, y otras publicaciones clandestinas contra las dictaduras militares de aquellos días; el afán periodístico le acompañó en todo momento, de allí que el importante matutino marabino lo contrató para sus páginas internacionales.
Tras la llamada revolución de octubre, Carnevalli fue nombrado gobernador de Mérida, cargo que asumió el 20 de octubre de 1945 hasta el 30 de diciembre de 1946.
Derrocado el gobierno del presidente Gallegos, Carnevalli se va a la clandestinidad, junto a Leonardo Ruiz Pineda, Antonio Pinto Salinas y Octavio Lepage y otros dirigentes de AD. Utiliza los seudónimos de «Ali»y «Emilio», para esquivar a la temible SN, dirigida por Jorge Maldonado Parrilli. En 1951 cae preso y, al enfermar en la cárcel, es llevado al puesto de Socorro de Salas, desde donde se evade espectacularmente; esta fuga le cuesta el cargo a Jorge Maldonado Parrilli, quien es sustituido por Pedro Estrada. Tras el asesinato de Leonardo Ruiz Pineda, Carnevalli se ve en la difícil tarea de reemplazar al poeta de «Banderas de papel», cuya labor en la clandestinidad le creó una especie de leyenda, del líder de la resistencia al lado de Santos Yorme, el seudónimo de Pompeyo Márquez, activista del también ilegal PCV.
Carnevalli es el secretario general de AD en la clandestinidad por pocos meses, debido a una terrible enfermedad que mina sus fuerzas; cae detenido y es trasladado a la penitenciaria general de San Juan de los Morros, donde el 20 de mayo de 1953, fallece a causa de un cáncer que no le fue tratado oportunamente.
Alberto Carnevalli fue uno de los líderes más prestigiosos de la resistencia dado sus dones dirigenciales, signados por la valentía, el ardor en la defensa de las ideas democráticas, de hacer justicia, por una Venezuela libre de dictadorzuelos, mesías de última generación e iluminados de esquinas ideológicas descabelladas, y sin asideros en el tiempo. Este merideño hoy es un referente cuando aún el país sufre del desquiciamiento institucional, producto de una ruptura constitucional ocurrida hace más de dos décadas.
Carnevalli es un digno ejemplo para las nuevas generaciones de venezolanos, que desconocen lo que es vivir en Democracia, donde haya separación de poderes, estado de derecho, en fin, la Constitución Nacional se acate y se respete el derecho a la vida, la dignidad humana.
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