Valeranos en la política / Por Jesús Matheus Linares

Sentido de Historia

 

 

Valera ha sido la cuna de destacadas figuras que han brillado con luz propia en el ámbito nacional e internacional. Así tenemos el caso de un humilde trabajador, que de mozo fue trillador de café, en La Lagunita en La Puerta, vino a Valera estudió y luego fue maestro de Escuela en Mendoza, donde llegó incluso a ser director de la misma en sustitución de la educadora Carmen Dávila Cherubini cuando ésta fue designada directora de la Escuela de Jajó. Más tarde, se fue a Mérida y luego a Caracas, donde despuntó como político, llegó a ser candidato presidencial, profesor universitario y diplomático, como Embajador y Ministro de Relaciones Exteriores, me refiero al recordado amigo, Miguel Ángel Burelli Rivas.

También está el caso de otro valerano, hijo de emigrantes italianos, Pedro Segnini La Cruz, su papá, don César Segnini tenía una finca en el cerro El Conquistado, cerca de Motatán, desde donde enviaba leche de vaca a Valera. En la Valera de los años 40 al 50, era común observar a los vendedores de lecha llevando el producto hasta la puerta de la casa. Un litro de leche costaba Bs. 0,50, es decir un real. Había tres distribuidores de leche en la ciudad, doña María Pulido, Hernán Lara y Carmen Segnini, hermana de Pedro Segnini La Cruz, que viajó a Caracas, y ya en la capital de la república realizó diversas actividades e incluso incursionó en el mundo de la política, fue diputado al Congreso de la República y luego llegó a ser candidato presidencial por el FND, Frente Nacional Democrático, después se dedicó al mundo de las inversiones turísticas.

También tenemos el caso del doctor Luis Augusto Dubuc, dirigente fundador de Acción Democrática, que incluso cuando fue Ministro de Relaciones Interiores, se decía que era el firme candidato a suceder a Rómulo Betancourt, en el Palacio de “Misia Jacinta”, su subalterno, en el MRI, Carlos Andrés Pérez, si llegó a la Presidencia de la República, luego el doctor Dubuc fue senador por el estado Trujillo, cuando el Congreso funcionaba con dos cámaras, Diputados y Senadores.

El otro trujillano notable de esta grupo es el doctor Pedro Pablo Aguilar, destacado dirigente nacional del partido social cristiano COPEI, organización del cual fue secretario general, y en algún momento, también se le mencionó en su momento para ser aspirante a la silla presidencial de Miraflores. Marchó a la Casa del Padre retirado de la actividad política partidista.

Y volviendo al desarrollo de nuestra urbe, quiero referirme a un Ron que se hizo en la hacienda de don Amílcar Valbuena, “La Ceibita” en La Ceiba, en la zona baja, por los años 30, se llamaba Ron La Ceiba y fue tanta su fama que era un producto “for export”, llegaba a Santo Domingo, en República Dominicana, Puerto Rico, La Habana. Era una bebida espirituosa que salía desde nuestro Puerto de La Ceiba, no olvidemos que esa siempre ha sido la puerta del estado Trujillo al mundo y viceversa, que tuvo su máximo esplendor desde que el gobierno del general Antonio Guzmán Blanco autorizó la construcción del gran ferrocarril de La Ceiba, que llegaba hasta Motatán, otro emporio de desarrollo de nuestro estado.

Por cierto, que en Motatán, dada la bondad de sus cañaverales fue donde se comenzó a destilar el aguardiente (“Miche” para nosotros los valeranos) Motatán, que se hizo muy famoso y que hoy se produce en Ejido, estado Mérida, gracias a que el señor César Guillén, compró la franquicia y la trasladó hacia ese estado andino.
La Ceiba sigue siendo nuestra llave al progreso, recuerdo el 10 de abril de 1965, cuando desde la ciudad de Betijoque, Blanca Noguera, Alberto Altuve, Alberto Zapata y Luis Olmos Matheus, desde el ayuntamiento betijoqueño comenzaron una campaña a favor del resurgimiento del Puerto de La Ceiba. El Puerto de La Ceiba es un espacio fundamental para el desarrollo de nuestro Estado Trujillo.

jmateusli@gmail.com

 

 

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