“Sean felices aunque sea para “echarle vainas” a los envidiosos”… En Valera a lo largo de la historia política han sobresalido “los jalamecates”, conocidos en los bajos fondos como “jalabolas”… Se dice “Por esas calles” que el término “jala mecate” nació en tiempos de la independencia, a Bolívar le encantaba que le movieran la hamaca de aquí para allá antes de dormir a calzón quitado; terminaba echando un sabroso “camarón”.
Valera es una ciudad única en toda la bolita del mundo… «Si se acerca un perro a morder” a una persona, esta coge una piedra “invisible” para lanzarla al animal y espantarlo. Lo más insólito, el perro ve la “piedra invisible” y sale corriendo… Si vas caminando por el centro de la ciudad y te resbalas gracias a una bendita concha de cambur, a pesar de haberte dado un “buen trancazo”, no le paras al dolor, sino, te quedas observando quién carajo te está mirando…
Ahora vamos a compartir algunas palabras del Diccionario Popular Trujillano:
“Calihueva”
Se le dice a los trujillanos que están con la pereza a millón; no sabe si levantarse de la cama o sentarse en un banco de la plaza Bolívar a echar “pestes y culebras” en contra del gobierno.
“Atrapa peo”
Hace 60 años, así llamaban los valeranos a los interiores de caballeros o ropa interior de las damas… Las mujeres casadas, cuando no querían tener relaciones íntimas con sus maridos, le decían: «Ay, cariño, hoy no voy a hacer el amor porque tengo tremendo dolor de cabeza”. Los maridos que eran unos “zorros” en experiencias, respondían: Tranquila, mija, aquí tengo cafenol, voy a buscar un vaso con agua. En aquellos tiempos a toda dolencia le bajaban la dosis con cafenol; hoy, lo cambiaron por la aspirina.
“Se le fueron los frenos”
Le manifestaban en el viejo mercado municipal de la calle 12, al comerciante que salía “volando” para el baño con una “bendita diarrea”, a algunos no le daba tiempo de llegar a la “poceta”.
¿Qué dijiste?
Frase que se hizo famosa con las mujeres que peleaban con sus esposos. Ellas, damas con un sexto sentido, ya sabían lo que había dicho el “hombre de la casa”, pero le preguntaban para ver si tenían “las bolas” de repetirlo.
¡Ay, pero qué postín!
Expresaba la maestra Rosarito al llegar a la carnicería de Pedro en el Lasso de la Vega; y Pedro, conversa que conversa con la “Negra Tomasa” -que estaba “más buena” que comer hallaquitas de caraotas en Quebrada de Cuevas-.
“La palabra culo”
No es grosería, como piensan algunos “encopetados” por ahí… Los valeranos la usan de “mil maneras”:
-“Mujer bonita”… «A buen culo”
-“Enredo amoroso”… «Estoy hecho un culo”
-“Apúrate carajo”… «Mueve ese culo”
– “Mucho miedo”… Mucho culillo
-Interrogante… ¿Con qué culo se sienta la cucaracha?
-“Cara de arrecho”… «Cara de culo”
“A buen pedo”
Nombre que le dieron los intelectuales y académicos para cuidarse las espaldas del “qué dirán”… Algunos poetas populares dicen que “pedo es un suspiro de un trasero enamorado”.
“Pasar ronchas”
Pasar dificultades. Vivir en un eterno “ayiyay”, en una quejadera que nunca termina: Me dijo un amigo adeco que jamás había pasado tanta “roncha” como en este gobierno.
“Más perdido que Adán el día de las madres”
Se refiere al hombre mujeriego que no amaneció en casa de su esposa, sino en la de la amante.
“Cara de mosquita muerta”
Le expresaba Toño el bodeguero a la buena de Rosita… «Mujer parece que no rompe un plato, pero rompe la vajilla completa”.
En definitiva, el valerano no se emborracha… se rasca.
No se enamora… «se empepa”.
No se molesta… «se arrecha”.
No fracasa… «la caga”.
No tiene flojera… tiene “calihueva”.
Igualmente los valeranos han usado como la mayoría de los venezolanos la palabra “arrecho”:
“Rabia”… Tener una gran arrechera.
“Muy bravo”… muy arrecho.
Enojo… Me estoy arrechando.
Rabia pequeña… Arrecherita.
Adversidades… Esto sí está arrecho.
Mujeres con mal carácter… viven “arrechas” un día sí y otro también.
Tiene esposa y un “juju” por ahí… “juju” es una aventura amorosa con otra mujer.