Encabezado por 17 sacerdotes de la pastoral de la Iglesia San Juan Bautista, entre ellos el padre Walkelys Araujo; y con la presencia del obispo de Trujillo, Monseñor Cástor Oswaldo Azuaje, los valeranos celebraron la fiesta de la Divina Misericordia en la avenida Bolívar
María Gabriela Danieri
Centenares de trujillanos celebraron la Fiesta de la Divina Misericordia, este 28 de abril, como todos los primeros domingos después de la pascua de resurrección de Jesús. En todas las iglesias católicas del estado Trujillo oraron la Coronilla a las tres de la tarde para agradecer y elevar peticiones personales, entre ellas un cambio para el país.
En el municipio Trujillo, las parroquias eclesiásticas se reunieron en el Seminario. En el municipio Valera, 23 iglesias se reunieron en la avenida Bolívar. Está multitud ocupó tres cuadras, bajo el resguardo de funcionarios de los distintos cuerpos de seguridad, y guiados por el sacerdote de la iglesia San Juan Bautista, Walkelys Araujo; y el obispo de la Diócesis trujillana, monseñor Cástor Oswaldo Azuaje.
«Hoy se reúne aquí en Valera un gran número de personas que vienen de distintos lugares porque se celebra la Divina Misericordia, que como dijo el papá es fuente de alegría, es la palabra que revela el misterio de la santísima Trinidad» expresó el Obispo en la homilía.
Azuaje invitó además a creer en Jesús sin haberlo visto y hacer obras en su honor pese a las dificultades. «Jesús resucitado nos invita a creer en el aunque no lo hayamos visto. Dichosos los que creen y no lo han visto, como nosotros. En los evangelios nos dice donde lo podemos ver: en la eucaristía, en la iglesia, en el hermano necesitado».
Monseñor expresó la necesidad de profundizar la fe, pese a la crisis. «Venezuela necesita recrearse, salir de abajo y nacer de nuevo. Danos un corazón grande para amar y fuerte para luchar. Yo puedo cambiar, nosotros podemos cambiar y puede cambiar para bien de Trujillo y Venezuela. Tú misericordia renueve a Venezuela, repitan conmigo».
Por la familia
Familias completas y grupos religiosos acudieron a la actividad, que culminó pasadas las cinco de la tarde, sin incidentes lamentables. María Lobo, habitante de Plata III, expresó que su presencia en la fiesta era por su confianza en la Misericordia de Dios.
«Vengo todos los años porque tengo fe en Jesús de la Misericordia. Pido por la familia y por Venezuela» expresó la dama.
Petición similar tuvo Nancy Orduz, habitante de La Marchantica. «Vengo a darle gracias a Dios, que está con nosotros y que nos ayude. Es un día especial para El. Claro que le pido por el cambio de Venezuela, para que regresen mis hijos y nietos que están fuera del país» comentó.
En santa paz
Al finalizar la eucaristía, el sacerdote Walkelys Araujo dio las gracias a los asistentes, a los laicos, sacerdotes y religiosas, quienes contribuyeron en la actividad. Igualmente agradeció a los funcionarios de Protección Civil, Bomberos de Trujillo, GNB, PNB y Fapet, comandados por la Zodi Trujillo y la Alcaldía por prestar los espacios públicos.