Por: José Leonel Pineda ECS
Manuel Briceño se levanta muy temprano para tomarse su cafecito, desayunar e irse a trabajar. En su trayecto debe pasar caminando por la entrada del sector Las Lomas (Altos de San Luis), a pesar de mantener la respiración lo más que puede, los montones de basura acumulados allí son tantos que los malos olores traspasan sus fosas nasales y llegan a sus entrañas, produciendo malestar y una queja inevitable.
Así como él, hay muchas personas, y muchos montones de basuras regados por diversos sectores de la ciudad de Valera. Además, las múltiples denuncias de los ciudadanos con respecto a la basura (o la recolección de desechos) son una muestra evidente de la ineficiencia de las autoridades locales y de la Empresa de Mantenimiento, Aseo y Ornato (Emao).
Sin embargo, ante este grave problema, han sido varias las propuestas que se han presentado ante la alcaldía municipal: (desde hace dos años) han llegado proyectos que incluyen desde la creación de un Centro Experimental Industrial de Reciclaje (lo que además puede generar más 1.400 empleos), hasta alianzas con empresas privadas que intenten poner en marcha las “3R” para aliviar el problema de la basura… no obstante, la burocracia de los procesos políticos, la falta de inyección de recursos y la falta de voluntad han ralentizado el desarrollo de una ciudad más limpia.
En el marco de su aniversario 204, Valera y sus habitantes claman por soluciones, y en las “3R” de la ecología se vislumbra lo que puede ser una buena política y el camino hacia una “Ciudad Ecológica”.
¿De qué va esto de las “3R”?
Reducir, reutilizar y reciclar. Esas son las palabras clave para poder tener una guía en el camino hacia una ciudad ecológica y hacia una economía circular.
- Reducir: principalmente se basa en la concientización de nuestros hábitos de consumo, frenar el uso excesivo de los recursos naturales, entre otras. No es dejar de consumir, sino evaluar la necesidad de dicho elemento.
- Reutilizar: evitar botar materiales que puedan ser utilizados con los mismos usos o diferentes fines para los que fueron creados… en pocas palabras es preguntarse ¿qué otro fin podemos darle? No tomar la decisión de desecharlo a la ligera.
- Reciclar: Es una práctica que incluye un proceso de transformación de un residuo sólido que no será utilizado para otro fin. Los procesos de transformación requieren uso de energía y recursos adicionales para procesar los materiales, en menor proporción que los utilizados en los procesos de producción de los residuos.
Estos tres conceptos son clave para el desarrollo de una ciudad ecológica.
“Ya se ha probado”
Hace algunos años, la ciudad empezó a dar sus primeros pasos en el reciclaje, cuando en 7 comunidades de Valera comenzaron a separar la basura desde su origen, es decir ordenar aparte los residuos como el cartón, papel y vidrio, del resto, lo que termina convirtiéndose en desecho orgánico o “basura” que requieren un tratamiento especial.
No obstante, los esfuerzos por concientizar e informar a la sociedad sobre los beneficios del reciclaje fueron el talón de Aquiles de aquel intento. Además, la falta de recursos económicos y la falta de apoyo de las instituciones públicas y privadas – que era vital para que el proyecto tuviese continuidad y desarrollo – llevó al fracaso aquellos tímidos pasos por el sendero de la ecología.
Pero, ha sido una experiencia que ha dejado mucho aprendizaje para los proyectos en los que hoy en día se está trabajando.
No hay que desistir
Precisamente, una de las propuestas que se está desarrollando es la del manejo de desechos sólidos orgánicos e inorgánicos, presentado y promovido por la Asociación de Comerciantes e Industriales de Valera (Acoinva) al Poder Legislativo regional, una alianza entre Unimin, H.A Expósito, Multiservicios Palermo, Brimaca, Ecoamigos… y gestionada por la Comisión de Urbanismo Territorio y Ambiente del Concejo Municipal de Valera.
El proyecto resume su descripción como un plan de recolección, clasificación y manejo de los desechos sólidos orgánicos e inorgánicos en varios sectores populares de Valera, colocando una serie de contenedores especiales (o islas ecológicas) para la clasificación de los residuos (cartón, plástico, aluminio, papel).
Además, se prevé la optimización de la maquinaria de empresas que se encargarían del reciclaje de los residuos y desechos sólidos, transformándola en materia prima para construir nuevos productos.
Aunado a esto, las empresas aportarán su flota de vehículos (no compactadores) para el transporte de dichos residuos (inorgánicos) y teniendo en cuenta que hasta el 80% de lo que botamos puede ser reutilizado o reciclado, esto podría ahorrar mucho dinero y trabajo.
Actualmente, se lleva a cabo un ensayo piloto en algunos colegios de la ciudad, promoviendo la separación desde el origen, lo que genera beneficios visuales y ambientales a corto plazo y produce ganancias para las instituciones (los residuos acumulados son vendidos).
Se han implementado las plazas (con islas) ecológicas en algunos sectores estratégicos. Hay que entender que aún es pronto para dar resultados definitivos de los ensayos que se están realizando, pero es un inicio y se prevén buenas noticias, para ello se tiene una propuesta como base.
El Director de Acoinva, Alejandro Mujica, piensa que el financiamiento es importante en cualquier proyecto y el proceso de toma de decisiones de los organismos públicos es menos ágil que el de la empresa privada, lo que ralentiza un poco el desarrollo del proyecto.
“La piedra angular de todo este proyecto es la educación de la sociedad”, alega Mujica.
Por su parte el presidente del Comité de Urbanismo y Territorio, Germán Láres, quien además es concejal del municipio, piensa que la falta de recursos producto del bloqueo económico, han dificultado un poco el avance del proyecto, pero que ellos siguen allí, promoviéndolo… la propuesta está siendo trabajada y discutida, a pesar de haber sido presentada hace meses.
La Escuela de Reciclaje de San Cristóbal
La Escuela de Reciclaje de San Cristóbal, en Táchira, tuvo problemas similares en sus inicios, las opiniones que recibían no eran alentadoras y hay quien les decía que era “imposible una escuela como esa en el país”. No obstante, siguieron firmes en su trabajo y hoy en día son la primera y más moderna escuela de reciclaje de Venezuela.
En sus inicios la Escuela de Reciclaje se apoyaba en los programas pilotos como herramienta de aprendizaje, la correcta formación y poco a poco fueron logrando la integración de los sectores públicos y privados que hicieron una gran diferencia.
La fomentación de la separación desde el origen ha sido una política que le ha dado muchos beneficios y una de las principales herramientas para generar cambios a corto plazo.
Entre sus propuestas la Escuela de Reciclaje de San Cristóbal incluye un sistema integral de residuos y desechos sólidos: la primera se encarga de la recolección de los desechos sólidos y la segunda, de los residuos sólidos aprovechables, para ello han instalado y preservado contenedores especiales para clasificar los residuos sólidos: cartón, plástico, papel, aluminio, esto va de la mano con una extensa campaña de educación y concientización a la sociedad sobre los beneficios del reciclaje.
Además, cuentan con una planta para la trasformación de desechos sólidos en materia prima (en 13 minutos) para construir productos derivados de calidad y más económicos, entre los cuales destacan las “bolsas azules” para la correcta recolección de los desechos y residuos.
En su trabajo resalta la integración con otros sectores de la sociedad: cada vez son más las escuelas de primaria, secundaria, medios de comunicación, equipos de fútbol, organizaciones de belleza… las que se han unido a esta campaña de “las 3R”. Ofrecen visitas guiadas para que conozcan con detalles todo el trabajo que realizan, una estrategia que les ha permitido alcanzar y transformar muchas más conciencias.
Gran parte de los sancristobalenses tienen hoy en día una conciencia ambiental y de reciclaje que es modelo a nivel nacional, y que hacen de la ciudad una muestra clara de que cuando se trabaja con constancia e integración, los resultados son positivos.
Beneficios de la separación desde el origen
Al separar los residuos desde su origen, se pueden reducir las cantidades de desechos que van a parar a los vertederos, lo que a su vez disminuye la contaminación del suelo, agua y aire. Además, facilita el proceso de reciclaje, ya que los materiales reciclables pueden ser identificados y procesados con mayor facilidad.
La reducción de los costos asociados con la gestión de residuos, facilita el proceso de reciclaje y disminuye la cantidad de desechos que requieren de un tratamiento especial. Finalmente, fomenta la conciencia ambiental y los hábitos sostenibles y responsables con el medio ambiente y la sociedad en general.
Posibles Resultados
El Director de Acoinva, Alejandro Mujica, es claro en cuanto a los resultados del proyecto: aunque hoy estuviese funcionando al 100%, es importante destacar que en el reciclaje no está la solución definitiva al grave problema de recolección de desechos sólidos que vive la ciudad de Valera, pero ayudaría a aliviar y generaría ingresos:
“No es la solución ni nuestra responsabilidad, pero ayudaría”, alega Mujica.
Todo esto nos enseña que no hay que irse muy lejos para buscar propuestas que alivien los graves problemas de recolección de desechos con los llega Valera a sus 204 años. Pero se podría empezar a acelerar los procesos que obstaculizan la cristalización de las mismas.
Finalmente, hay que tener en cuenta que Valera está “gateando” hacia una ciudad ecológica, pero lleva años en lo mismo, y en cuestiones medioambientales “el tiempo perdido hasta los santos lo lloran”, por ello la importancia de arrancar y educar a la sociedad, para que esos valeranos que hoy tapan su naríz y se quejan, se conviertan en agentes de cambio y finalmente, se logre una ciudad limpia construida con “3R”: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Fuentes consultadas:
Escuela de Reciclaje de San Cristóbal
Acoinva
Comité de Urbanismo y Territorio
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