Las Universidades venezolanas no han escapado a los efectos de un régimen que ha conducido deliberadamente al país a su más absoluta ruina; por lo que la Universidad afronta su mayor reto ante su total destrucción y el retomar las funciones y competencias señaladas en la Constitución y la ley; por lo que es menester buscar urgentemente soluciones efectivas ante tan grave situación.
Frente a tan difíciles problemas, algunos sectores universitarios han señalado que la solución consiste en la realización de elecciones para el cambio de autoridades, las cuales tienen mucho tiempo en dichas funciones y sin ser renovadas producto de desacertadas decisiones judiciales del Tribunal Supremo de Justicia, o bien que se aborde el aumento del salario del docente universitario, que actualmente no llega ni a un dólar diario en la gran mayoría de los casos, mientras otros consideran que ambos problemas deben ser conjuntamente afrontamos para la solución de tan grave problemática. Cabe expresar que en estos momentos el gobierno nacional ha decidido que el pago de todo el personal universitario se haga a partir del 15 de marzo de 2021, mediante la plataforma “patria”, lo que demuestra un nuevo intento del oficialismo para continuar destruyendo la autonomía universitaria, consagrada en el artículo 109 de la CRBV y artículo 9 de la Ley de Universidades que incluye “autonomía económica y financiera para organizar y administrar su patrimonio”, lo cual además implica la eliminación de la partida presupuestaria destinada al gasto de personal de las universidades autónomas, lo que ha sido rechazado contundentemente por todos los sectores universitarios. Anteriormente el Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior creo el Sistema Integral de Salud del Ministerio de Educación Universitaria (SISMEU), suprimiendo la partida para el servicio de salud asistencial de docentes y trabajadores universitarios, además que en el año 2020 dicho Ministerio consolido la politización del Pago de Becas Estudiantiles a través del mismo Sistema Patria.
No obstante, el señalamiento de estos dos graves problemas (elecciones universitarias y salarios y sueldos) y sin el ánimo de restarle la importancia que los mismos revisten para todo el sector universitario, me uno al grupo de docentes universitarios que consideremos que existen otros problemas que deben ser también confrontarlos y analizados de manera conjunta por toda la Comunidad Universitaria entre profesores y alumnos, entre los cuales podemos indicar: el cómo abordar la Investigación Científica en todas las áreas del saber frente a las nuevas condiciones generadas o impuestas de cambio social que ha sufrido el mundo post COVID, cómo reanimar y fortalecer los estudios de pre y postgrado frente la migración masiva de docentes y estudiantes, el debilitamiento de la infraestructura universitaria por la carencia de presupuesto adecuado para su mantenimiento y además totalmente saqueada y desmantelada por bandas delictivas que operan dentro y fuera de su seno con la más absoluta impunidad y complicidad, la ausencia de servicios mínimos estudiantiles (comedores, transporte, bibliotecas, etc.). Estos son algunos de esos problemas que engrosan una larga lista, los cuales deben ser analizados por la Comunidad Universitaria para que permitan alcanzar consensos, acuerdos y convenios mínimos y se conviertan en claros objetivos que permitan, que tanto estudiantes como profesores, construyan un frente general de lucha, a los fines que cada sector logre alcanzar satisfactoriamente sus legítimas reivindicaciones.
Por consiguiente, si bien consideramos la necesidad de realizar elecciones universitarias que sustituyan a sus autoridades, esto no puede verse como la solución única a los graves problemas que asechan a la Universidad venezolana, pues su destrucción es producto de la gestión chavo-madurista y por lo tanto su responsabilidad. Es imprescindible generar un sólido plan de acción que resuelva integralmente todos los problemas antes referidos, pues el simple cambio de autoridades conllevaría a que se trasladen a éstas los mismos problemas que actualmente confrontan las existentes.
Es necesario, en consecuencia, que todos los sectores universitarios converjan en un plan que diseñe la nueva Universidad, las nuevas formas de llevar a cabo las actividades académicas de docencia, investigación y extensión, la recuperación en condiciones óptimas de toda la desbastada infraestructura universitaria, las nuevas maneras de financiamiento de la Educación Universitaria, lograr alzar a niveles decentes los sueldos y salarios, entre otros objetivos, los cuales van más allá que una elección universitaria para la sustitución de las actuales autoridades. La meta es luchar por una Universidad Democrática, de pensamiento plural, de justica social, de solidaridad humana, al servicio de la Nación y con un verdadera autonomía organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, entre otros propósitos.
José Francisco Conte C.
Abogado y Profesor Universitario