Esa fue una consigna utilizada muchas veces en la historia reciente de Venezuela. (Siglo XX). Nuestro Libertador en su lecho de muerte: “Sí con mi muerte desaparecen los partidos y se contribuye a la uniónyo bajaré tranquilo al sepulcro”. (Siglo XIX) Quiero significar que cuesta mucho. a nosotros venezolanos, mantenernos unidos. Definitivamente, se nos olvida aquello de “Todos somos uno”, en “la unión está la fuerza” y el bello trozo de nuestro himno nacional: “unidos con lazos que el cielo forjó, la América toda existe en Nación”. Estas referencias las hago con la esperanza y la confianza de que, la serenidad, la sensatez y la cordura regresen a quienes en la disidencia al gobierno tienen la responsabilidad histórica de no permitir que este plan macabro de destrucción, entrega y usurpación de nuestro país siga en marcha hasta que no quede nada. ¿Qué más hay que esperar para que este horror termine? A mis contradictorios lectores les tengo que decir, no tengo ninguna expectativa positiva sobre este régimen. Quienes me han leído desde el año 1992, saben de mi repulsa a los golpes de estado,de cómo me di cuenta de la pasión que sentían por el régimen castrista; lo que era notorio, según mi criterio y de que, insistentemente, me opuse desde siempre a Chávez y a su seguidor Maduro. ¿Qué puede esperarse de un régimen neo comunista, militarista, fascistoide? Nada. No espero absolutamente nada. Todo es malo. Mientras de la oposición: ¡Ilusa! Pensarán ustedes contradictorios lectores, espero inteligencia, modestia, experiencia y por qué no, amor a la patria, compasión por el sufrimiento de nuestros conciudadanos, entrega en la labor de servicio, coherencia entre lo que dicen, piensan y hacen; y por encima de todo, honestidad, rectitud, dignidad e integralidad. ¿Es mucho pedir? No lo creo para nada. Nuestro amado país se merece de quienes somos sus hijos una actitud como la descrita. Venezuela es una madre amorosa, generosa, magnánima y llena de virtudes y maravillas naturales.¿Será que no lo entendemos todavía? Sin lugar a dudas estamos en manos de Dios y de la Virgen, ellos- y nosotros- esperan conductas diferentes: unión para lograr la victoria, amor, para ser capaces de perdonar. Control de los egos para entender que hay un lugar para cada uno y que, dependerá de su comportamiento, que se alcance o no esa victoria final con la que soñamos. ¿Es tan difícil de entender?