Julia Shaw (nac. 1987) es una psicóloga germano canadiense sumamente bella que publicó en febrero del presente año 2019 una obra titulada: ‘Maldad: La ciencia detrás del lado oscuro de la humanidad’.
Esta obra ha causado mucho revuelo porque ella asevera que todos los humanos “somos capaces de asesinar” (pag web El País, 26/05/2019). Ella refiere que hace años le impactó el escritor ruso A. Solzhenitsyn (1918-2008), Premio Nobel de Literatura en 1970, cuando dijo que toda persona es buena y mala. Vamos a recordar con precisión la cita de Solzhenitsyn en su obra: ‘Archipiélago Gulag’ (1973) donde dice: “¡Si todo fuera tan sencillo! Si solamente hubiera personas malvadas que en algún lugar perpetran con perfidia acciones malignas, y solamente fuera necesario separar a esas personas y aniquilarlas. Pero la línea que divide el bien y el mal atraviesa el corazón de cada humano. ¿Y quién está dispuesto a destruir una parte de su propio corazón?” (Primera Parte, Cap. 4).
En realidad lo que plantea Julia Shaw no es nada nuevo. Por ejemplo, el filósofo noruego Lars Svendsen (nac. 1970) en su obra: ‘Una Filosofía de la Maldad’ (2010) proporciona evidencias de que muchos humanos, en determinadas circunstancias, pueden cometer atrocidades. En el año 2013 publiqué en este diario más de 6 artículos sobre el tema de la maldad y vimos que hay toda una gama, desde personas que son principalmente bondadosas y nobles, hasta personas que son principalmente perversas y traicioneras. Asimismo, el psicólogo social estadounidense David M. Buss (nac. 1953) publicó en el año 2005 su obra: ‘El asesino en la puerta vecina. Por qué la mente humana está diseñada para matar’. Este autor se basa en la ‘Psicología Evolutiva’, según la cual, la mente humana es el resultado de un proceso de Selección Natural darwiniana en nuestros ancestros. En el año 2016 publiqué en este diario un artículo en 4 partes titulado: ‘La Potencialidad Asesina del Humano’ y vimos que nuestros ancestros en la prehistoria vivían en grupos que continuamente guerreaban con otros grupos, y eso significa que los actuales humanos somos los descendientes de ancestros que mataron a sus rivales. Los psicólogos darwinianos insisten en que el humano tiene muy arraigada la tendencia a establecer una distinción entre ‘mi grupo y el grupo adversario’. Entonces los humanos pueden ser solidarios y bondadosos con los miembros de su grupo, pero al mismo tiempo pueden ser terriblemente crueles con los miembros de un grupo que consideren adversario. De hecho, la historia demuestra que las peores atrocidades han sido cometidas por el fanatismo sea político o religioso. Por eso es tan peligroso exacerbar la xenofobia. Julia Shaw en su obra refiere que Donald Trump (nac. 1946) el 1 de mayo de 2017 comparó a los inmigrantes refugiados en Estados Unidos con “serpientes” (Cap. 1, pag. 18) y ella analiza lo que es ‘deshumanizar’, es decir, despojar a un grupo de su carácter humano (Cap. 1, pag. 20). El hecho cierto, es que el pasado 3 de agosto de 2019, Patrick Crusius de 21 años, identificado con el ‘supremacismo blanco’, mató a 22 personas e hirió a 24 en El Paso, Texas, y luego declaró que su objetivo era: “matar a mexicanos”. En Estados Unidos diversas personalidades y líderes han responsabilizado a Donald Trump por sus discursos xenófobos.