Una Política Nueva IV | Por. Eduardo Fernández

La política nueva debe asumir un lenguaje positivo, constructivo, inteligente. Un lenguaje que ayude a la solución de los problemas.




Otra diferencia importante entre la vieja y la nueva política es el lenguaje y los valores que se ponen en juego.

La vieja política cultiva el odio, el resentimiento, la revancha. Habla de enemigos, de escuálidos, de malos hijos de la patria, de narcotraficantes, asesinos y violadores de los derechos humanos. Desde luego con ese lenguaje se deja muy poco espacio para el  diálogo, para la cooperación, para la defensa de los derechos humanos y para el combate contra el narcotráfico.

La política nueva debe asumir un lenguaje positivo, constructivo, inteligente. Un lenguaje que ayude a la solución de los problemas. Un lenguaje que erradique el odio, el resentimiento y el revanchismo y que busque resolver los problemas políticos,  económicos y sociales que afectan a los ciudadanos.

Con frecuencia se dan debates en los que se agotan los adjetivos para descalificar, para destruir política y moralmente al adversario. Si en la lucha por el poder todo está permitido y hay que destruir al otro (enemigo), es indispensable la descalificación, el insulto y la diatriba.

El decano de la prensa escrita en Venezuela fue por muchos años un periódico que se llamó “La Religión”. El lema de ese diario era: “Amad a los hombres, aborreced los errores”.

Tenemos que aborrecer los errores en la política, pero debemos conservar un lenguaje que tome en cuenta la dignidad del oponente y el respeto que merece cualquier persona por contraria que sea a nuestra posición.

Yo recomiendo una conducta muy recia y muy firme contra la corrupción, el despilfarro de recursos públicos, contra la violación del estado de derecho y de los derechos humanos, contra las política económicas equivocadas, contra la incompetencia y el sectarismo, contra los responsables del hambre y de la pobreza. Prefiero, sin embargo, hablar siempre en positivo, a favor del estado de derecho, a favor de los derechos humanos, a favor del crecimiento económico y de la igualdad de oportunidades, a favor del derecho que tenemos los ciudadanos de contar con servicio públicos mejores en materias tan fundamentales como la educación, la salud, el agua, la electricidad, la gasolina, la vialidad, la seguridad y tantas otras cosas que redundarían en el progreso de todos los ciudadanos.

Por eso me gusta tanto ese movimiento político que se llama Unión y Progreso.

Precisamente porque trabajan por la unión y el progreso de todos los venezolanos.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE
Twitter: @ifedecve
Instagram: @Ifedecvenezuela
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