UNA NUEVA ETAPA UNIVERSITARIA | Por: Raúl A. Casanova-Ostos*

 

Por: Raúl A. Casanova-Ostos*

La universidad venezolana comienza –en los albores de este semestre- una nueva etapa, que debe incluir la reestructuración, pero más su fortalecimiento, en todas sus funciones vitales, orientada a fortalecer consolidar y desarrollar las actividades académicas de nuestras casas de estudio.

Los vertiginosos cambios que se producen en el mundo en crisis nos convocan a luchar por un cambio radical, por una universidad más comprometida y una sociedad más justa, democrática, igualitaria, sustentable, para que siga cumpliendo su primigenia función y para que perdure por siglos, pero modernizándose e internacionalizándose.

Eso sí, reivindicamos la autonomía con rango constitucional (109 de la CRBV) que permite a las instituciones de educación superior (IES) ejercer su papel crítico y propositivo frente a la sociedad sin que existan límites impuestos por las políticas gubernamentales, las creencias religiosas, el mercado o los intereses particulares. La defensa de la autonomía de las IES es una responsabilidad ineludible y es, al mismo tiempo, una defensa del compromiso social de la educación superior.

En este nuevo escenario, casi que obligado, la educación que se nos viene demanda profesores y estudiantes que desarrollen habilidades propias de un agente del conocimiento, capaz de administrar, crear, traducir y exportar distintas fuentes de información en diversos formatos y para distintos públicos y contextos.

En consecuencia, una nueva política académica que deberá incluirse en todas nuestras instituciones de educación superior que se encaminen a: agilizar procesos tendientes a trabajar y fortalecer toda una plataforma en los temas de educación a distancia, virtual y trabajar en equipo; fortalecer los estudios a distancia, utilizar las redes telemáticas, evaluar cada uno de los procesos académicos ofertados, formar y estimular al personal académico que participe activamente.

Me parece que podemos construir nuevos entornos de aprendizaje, no sólo aprendiendo con y de otros, sino también enseñándonos unos a otros. Veo que nos estamos moviendo hacia un nuevo tipo de mundo donde el cambio es omnipresente, donde hemos de recoger las ideas que nos rodean, descubrir cosas que no sabemos, hacer buenas preguntas y estar abiertos a las críticas de nuestros pares, mentores y maestros.

Desconocemos el futuro. Desde nuestra perspectiva actual, el futuro es quizá un poco más extraño de lo que podemos llegar a imaginarnos, y no contamos con ningún modelo en el que basarnos. Sin embargo, y paradójicamente, soy muy optimista, y tengo mucha Fe y Esperanza de que tendremos un futuro mucho mejor, y como educadores somos los principales responsables de la formación de los ciudadanos del futuro, de los que nos van a gobernar dentro 10 o 20 años.

En nuestra Universidad hemos presentado un plan piloto de Prosecución Académica con un enfoque que implica una proactividad, una capacidad de autoaprendizaje y autonomía, donde con los instrumentos académicos, utilizando Moodle y Classroom google, todos podamos explorar el futuro que se sustentan en los postulados ampliamente analizados y discutidos en eventos y publicaciones de alto impacto.

Nos encontramos frente a un escenario que en realidad nuestro proyecto educativo es un acontecimiento o una condición potencial, la cual estamos asumiendo con mucha responsabilidad.

Somos una universidad experimental que, mediante el uso de nuestras potencialidad y tecnología, podemos identificar de una mejor forma posibles futuros sobre los que habremos de actuar para mejorar (p. ej. haciendo uso de la planificación, diseñando políticas, etc.). Sin embargo, es cierto que, aunque no podemos conocer con precisión el futuro, la construcción de escenarios posibles puede ayudarnos a comprenderlo mejor.

Se trata por lo tanto de “Dar el salto”, proponer y analizar, no de “elegir” la opción favorita de entre un menú de posibles cosas.

Necesitamos en estos momentos del concurso de todos, que nos acompañen en el proceso arduo que significa un proceso de transformación, donde seguramente, el sector académico, empresarial, sociedad tachirense, sector estudiantil, administrativo, obrero, y sus egresados, puedan hacer importantes contribuciones para la reconstrucción de la UNET que todos queremos.

El Plan Piloto de la prosecución académica es el primer paso; Somos realistas de una situación socio política económica que sumerge a la Universidad en la peor crisis vivida, pero en nuestras manos nos va a sucumbir.

 

*Prof. UNET – SC

 

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