Por Yelitza Figueroa /Crónica Uno
Barquisimeto. La alegría retornó a los feligreses cuando monseñor Víctor Hugo Basabe, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto anunció que se retomaría la procesión de la Divina Pastora, tras dos años de suspensión, debido a la pandemia de la COVID-19. Eso ocurrió el 8 de septiembre de 2022.
Desde ese día, los feligreses, sobre todo quienes viven fuera de Barquisimeto, comenzaron a organizarse para acudir a la peregrinación número 165, a pagar muchas promesas que quedaron pendientes, por porque hasta el santuario de Santa Rosa se encontraba cerrado.
La Divina Pastora representa para los larenses esperanza, amor, fe y devoción. Ya cuando empieza el año, las familias se movilizan hasta Santa Rosa para escuchar la misa o rezar el rosario mientras los más pequeños juegan en la plaza Bolívar, frente a la iglesia.
El amor y fervor de los visitantes se nota a simple vista y a muchos se les cuesta contener las lágrimas cuando se encuentran ante la imagen de la Virgen María, mientras hacen múltiples oraciones y peticiones.
La Iglesia en Barquisimeto organizó actividades que se fueron cumpliendo desde el mes de octubre, bajo las directrices de la Comisión Central Organizadora, encabezada por el obispo Víctor Hugo Basabe y sacerdotes que coordinan cada una de las pastorales de la arquidiócesis.
Ayudantes siempre listos
En Santa Rosa, hogar de la Divina Pastora, los celadores se encargan del cuidado de la Patrona de los barquisimetanos.
José Rivero, quien tiene 36 años siendo celador, afirma que antes de ser servidor en el santuario de Santa Rosa, solo asistía cada 14 de enero.
Un párroco me pidió que lo ayudara y me quedé enamorado. Ya tengo 35 años aquí y damos gracias a Dios porque vamos a retomar el recorrido con la Divina Pastora”, comentó.
Aseguró que siente una emoción muy bonita porque se ha reencontrado con muchos amigos y extrañaba la visita de los miles de feligreses.
En el santuario de Santa Rosa se conserva la tradición del repique de campanas. Tres personas se turnan en la labor en el campanario del templo al comenzar el rosario y media hora antes de iniciar cada misa.
El sacristán Carlos Alvarado califica esta tarea como un arte, pues las campanadas deben sonar de manera uniforme y armónica.
Tiene cinco años subiendo y bajando las empinadas escaleras del campanario, y afirma que seguirá haciéndolo hasta que la Divina Pastora se lo permita.
Me siento muy contento porque le estoy haciendo este trabajo a Dios y a la Virgen. Si te gusta lo que haces, te preocupas y te esmeras en hacerlo bien. Aquí estoy y me siento muy a gusto”, contó a Crónica.Uno.
Comentó que llegó a Santa Rosa en el año 2018, y poco a poco aprendió cómo se tocan: un minuto seguido deben tocar las campanas y luego viene el llamado, que depende de la actividad siguiente, se toca una, dos o tres campanadas; la final es el llamado a la misa.
“Yo aprendí aquí porque tocaba las campanas horrible. El padre una vez dijo: ‘Vayan a ayudar a Carlos porque creo que está tocando las campanas para un velorio’”, recordó riendo.
Miles de feligreses llegan a Santa Rosa
Monseñor Víctor Hugo Basabe señaló que el lema de esta procesión es “María, signo de reencuentro”. Y así ha sido para los miles de feligreses que han visitado el pueblo de Santa Rosa desde el 2 de enero.
Familias enteras llegan, algunas con imágenes en miniatura de la Virgen, y aseguran que esperan con amor y emoción el 14 de enero, como lo manifestó la señora Gloria Mendoza:
“El 14 de enero es un día sagrado, un día muy hermoso y esperado. La recibimos en Barquisimeto con corazón. Es la Madre de Dios, le tenemos mucha fe; cuando Ella viene, nos alegramos. Ella nos da mucha fortaleza, por eso le pedimos por toda la familia, por el mundo, por quienes están fuera del país y por nuestros hijos”, aseguró.
Se espera que más de 2 millones de personas participen en la procesión mariana más grande de Latinoamérica y la tercera más multitudinaria del mundo.
El recorrido es de 7,5 kilómetros desde Santa Rosa, al sureste de Barquisimeto, hasta la Catedral Metropolitana, ubicada en el centro de la capital larense.
Fuente: Crónica Uno