Una mirada a lo nuestro | Por: Abog. Marcos Tulio Benítez

La sociedad venezolana, en todo este proceso histórico de las últimas dos décadas. Unas décadas muy simbólicas e históricas, por todos los males que han causado una indecorosa y sin escrúpulo camarilla roja. Camarilla roja que han originado conscientemente, una cadena de acontecimientos, con el objetivo de ir poco a poco desintegrando, la moral de la población e instituciones.

No obstante a eso, le arrebatan a un pueblo las oportunidades económicas-sociales de desarrollarse y adaptarse a los cambios o paradigmas que sufre el mundo en su proceso de globalización. Muchos ciudadanos han recogido sus maletas y se han ido. Venezuela se convirtió en un gran exportador de emigrantes económicos, ciudadanos que abandonan sus hogares, en busca de la oportunidad de conquistar sus sueños en tierras ajenas.

Considero que el principal problema de esta crisis, se encuentra en lo más subjetivo del ser, o en su interior digamos y es la falta de valores morales ú éticos, tanto en la vida pública, como en la privada. Existe un abandono y despego total al sentimiento republicano. Hoy, el venezolano está en la necesidad de reencontrarse con valores como la libertad y cultura, que como decía el doctor Mario Briceño Iragorry «ambas se necesitan recíprocamente», y según la noción generada de sus escritos, es que la libertad sin cultura no es duradera; La cultura sin libertad, le da limite al espíritu creador del hombre, y este no podrá realizarse, ni lograr sus más innatos deseos de conquistar sus sueños, sin libertad.

Él propósitos de estas líneas y párrafos, constituidas por palabras a las cuales trato de darle un poco de sentido, reflexionando y angustiando por la vigencia que tiene los escritos del Dr. Mario Briceño Iragorry. El cual me hizo reflexionar sobre mi existencia social y mi fin colectivo. Tomo este medio, para hacer un llamado a la ciudadanía en general, porque estamos llamados a encontrarnos con nosotros mismo y con nuestras raíces.

El Encontrar nuestro verdadero «yo», porque el hecho de indagar un poco sobre nuestra identidad y origen lleva al individuo a cuestionarse en cuanto a su rol social, puede ser que eso lo dirija a edificar su verdadera identidad. Una identidad socialmente aceptable, en beneficio de nuestra sociedad y del bien común.

Por tanto, tomando en cuenta la integralidad del ser humano, y cuando esté se conoce así mismo, cuando acepta su imperfección como hombre, comienza a perfeccionarse así mismo. Es lo que introduce al mismo en un proceso de desarrollo personal. Con esto se da el nacimiento de un nuevo hombre, el hombre integral, que por su propia naturaleza aportará a la construcción de la sociedad solidaria que necesitamos.

Por tales motivos, el afinque o la connotación que deben tener estás dos palabras, libertad y cultura. Don Mario Briceño decía que «son una misma cosa… que en la vida del individuo y de los pueblos no podría efectuarse la una sin intervención de la otra», también resalto, que cuando el hombre trata de comprenderse, «en busca de su significación y de su integración, comienza por romper sus cadenas interiores, su cultura se realiza mediante la libertad… porque eso de buscarse, de vivir entre intimas interrogaciones, de indagarse, de ir en busca de una actitud cónsona con las exigencia del mundo, de realizarse, es cultura».

Por tanto, tomando como premisas algunas de las ideas anteriores. Es oportuno señalar, que la crisis que vive el país, en parte es producto de la poca memoria cultural que posee el venezolano. Me pregunto, acaso el pueblo venezolano, los gobernantes no han comprendido que conocer e iluminarse de los hechos que acontecieron nuestros anales históricos y las luchas que trajeron consigo desvelo, cansancio o incluso perder la vida en el proceso.  ¡Por un ideal! que con él puede traer muchas consecuencias cuando no se tiene y se trata de conquistar, la libertad.

Ese régimen de libertades que se consiguió y se perdió, por la falta de cultura. Es momento de que nuestra sociedad acepte sus errores, y comiencen a indagarse en busca de su verdadero «yo» porque es muy egoísta olvidar los esfuerzos y sacrificios de los próceres, de los ilustres venezolanos y de todo aquel que aposto y todavía apuesta, por conquistar sus sueños en Venezuela. No podemos dejarle el chorro abierto de por vida, a esta insensata e inescrupulosa cúpula, a que le arrebate a nuestra generación y a las futuras el sueño de realizarse en Venezuela.

Esta pregunta nos la deja el Dr. Mario Briceño «¿El pueblo venezolano podrá llegar a esta comprensión? Es una interrogante cuya respuesta han de buscar nuestros buenos pedagogos, nuestros intelectuales, los políticos y todo aquel que se preocupan por nuestro destino».

 


Referencia bibliográfica: Mario Briceño-Iragorry/Vol.19/Obras Completas/ TEXTO INEDITOS y ENSAYOS DISPERSOS III(Cultura, hombres y lugares, Textos autobiográficos, Prólogos y reseñas, Miscelánea)/ Ediciones del Congreso de la República Caracas/Venezuela/1996/ Pag. 23-24.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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