De la Memoria de la Secretaría General del Estado Falcón, correspondiente al año 1934, presentado a la Asamblea Legislativa en 1935 por el Secretario General de Gobierno Dr. Francisco J. Parra. Tipografía Ramírez, 1935:
UNA COSA BIEN CURIOSA, pero cierta, pues se encuentra en el contenido de la citada memoria.
En el capítulo de SANIDAD NACIONAL, página 363, aparecen las comunicaciones oficiales cursadas en la tramitación de la instalación en Coro de un CONSULTORIO DE CIENCIAS OCULTAS.
Ocurrió que el 9 de marzo de 1934, R.S.B. Pérez, dirige al Secretario General del Estado Falcón, la siguiente comunicación.
“Con la consideración y respeto debido ocurro a usted, conforme como así me lo ordena la tarjeta del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, que tuve la honra de mostrar a usted.
He venido a esta ciudad con el propósito de abrir temporalmente un consultorio de Ciencias Ocultas (Ciencias Psíquicas de Carácter Cristiano), o sea de índole exclusivamente benéfica, como lo comprueban suficientes testimonios que puedo mostrarle, y deseando obtener previamente, como en otros estados me lo han otorgado, la autorización de usted, para prestar al público que lo solicite el servicio de consultas y tratamientos curativos, por medio de hidroterapia, fisioterapia y botánica, que entran en el plan del arte a que me consagro; solicito, si a bien tuviere usted, extender la facultad expresa para el ejercicio del arte o ciencia a que me he referido.
Protesto a usted, formalmente que en el tratamiento de pacientes no entra ningún procedimiento, operación o acto que envuelva el perjuicio físico y moral de las personas a las que no es necesario someter por hipnotismo u otro estado violento, para hacerlas reaccionar curativamente ya que la propia sugestión o fe de ellas es la que contribuye a obrar sobre sus órganos afectados o sobre sus dolencias morales; comprometiéndome a guardar los fueros del orden y la moral siempre en todo tiempo.
Quedo de usted en la Bendita Luz de la Verdad.
R. S. B. Pérez”
El Secretario General de Gobierno, se la remitió al Médico de Sanidad del Estado, a los fines de la observancia del Reglamento de Profesiones Médicas.
Antonio Smith, médico de Sanidad del Estado, responde que esa actividad no está prevista en el Reglamento y por lo tanto lo consultará por telégrafo al ciudadano Ministro de Salubridad y Agricultura y Cría.
El Ministro de Salubridad y Agricultura y Cría, se declaró incompetente para resolver sobre el tema, pues el mismo era de la competencia de la Policía, siempre que no se trate de hacer indicaciones médicas.
Seguramente el señor Pérez, instaló su consultorio en Coro. Una tarjeta de Gómez, debe haber pesado mucho en esa época.
Casi con seguridad también fue tramitado en Trujillo, tal como puede presumirse por el dicho del solicitante, que aun cuando no lo nombra, por la cercanía, pudiera haber ocurrido. De repente era el brujo de Gómez, a quien mandó a todos los Estados para hacerse de unos cobritos.
*Cronista de Tucutucu.