En medio de tantas noticias negativas hay una que me llena de ilusión y esperanza: se trata de la emergencia de un movimiento político nuevo, fresco, no contaminado, que convoca a los venezolanos a la unión y al progreso.
Se trata de un movimiento nuevo y no contaminado. No contaminado con los errores del pasado ni con compromisos indebidos con el régimen, ni con las políticas equivocadas que han apostado a la abstención y han promovido soluciones violentas. No contaminado con organizaciones políticas puestas al servicio del régimen por decisiones arbitrarias del Tribunal Supremo de Justicia.
Unión y Progreso es un movimiento abierto a todos los venezolanos con voluntad de cambio. Un movimiento que rechaza el sectarismo. Un movimiento sin dogmatismos ideológicos, cuya primera bandera es justamente convocar a la unión de todos los venezolanos. La unión de todos los venezolanos. No se trata de la unión de los partidos políticos, sino de todos los ciudadanos.
El chavismo apareció en el escenario político venezolano como un factor de división. Vino a dividir, a confrontar, a polarizar. Es evidente que en esa tarea ha tenido éxito. Ha contado con la colaboración de fuerzas políticas que contribuyeron a profundizar la cultura de la confrontación y de la polarización, de la división y de la exclusión.
UP convoca a la unión de los venezolanos alrededor de un programa que todos podemos apoyar: Trabajar por la reconstrucción institucional del país, por el estado de derecho, por el respeto a los derechos humanos, por sustituir la cultura de la confrontación por una cultura de la cooperación entre todos para lograr el progreso y el bienestar de todos.
UP trabaja por la recuperación de la economía venezolana y por liquidar la recesión y la hiperinflación. Trabaja también por superar el drama de la pobreza, del hambre, del desempleo, del colapso de los servicios públicos. Trabaja para construir un país donde todos puedan obtener educación de calidad y trabajo que les permita vivir bien, con dignidad y respeto.
Trabaja por el rearme moral de la república y la erradicación de la corrupción.
Un movimiento fresco, dirigido por gente joven. Entre otros Mercedes Malavé, doctora en comunicación social, joven venezolana con excelentes condiciones para el liderazgo y Miguel Parra Giménez, abogado, representante de una nueva generación de venezolanos.
Hay futuro, Venezuela tiene futuro y ese futuro es de Unión entre todos y de Progreso para todos.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
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