Freddy Núñez
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“Del árbol caído todos quieren agarrar su astilla”, da a entender, en principio, como dice la gente, cuando alguien de «cierta importancia», se hunde, o de alguna forma no lo estiman y por supuesto sacan provecho su situación.
En nuestro caso no es en lo absoluto, no tengo intención de mal poner a Eduardo Samán persona, más si cuestionar su gestión gris y mal puesta, los hechos de su gestión hablan por sí solos.
Repito, este no es nuestro caso, no lo conocemos, ni manifestamos enemistad contra el ciudadano Samán, más si sobre sus ejecutorias como Presidente del INDECU, INDEPABIS, MINISTERIO DE PRODUCCIÓN Y COMERCIO, SAPI y SENCAMER.
Tal es el caso del ponderado Eduardo Saman, farmaceuta, graduado al parecer con lauros en la Universidad Central de Venezuela.
Samán comenzó sus pininos en la administración pública como Director del Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual desde el año 2002 y (SAPI), luego como Director del Servicio Autónomo de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos Técnicos (Sencamer), cuyas gestiones no fueron muy aceptadas por sus subalternos, entre las cuales se destacan el desmejoramiento de las contrataciones y de las condiciones de trabajo del personal que allí laboraba.
Durante el año de 2008 alcanza la presidencia del Instituto para la Defensa y Educación del Consumidor y del Usuario, INDECU, institución que había desempeñado gestiones importantes durante la presidencia del Comandante Hugo Chávez Frías, entre las que se cuenta el apego a la institucionalidad durante los días negros del intento de la toma del poder político que derrocó al presidente Hugo Chávez, sustituyéndolo en ese momento por el golpista Pedro Francisco Carmona Estanga, economista perteneciente al sector empresarial venezolano, presidente de Fedecámaras y férreo opositor al proyecto revolucionario y gobierno de Hugo Chávez, usurpando la presidencia de la república por el espacio de 47 horas, en los días del golpe perpetrados por oficiales de la Fuerzas Armadas en connivencia y apoyo del gobierno de los EEUU, entre el 11 al 13 de abril de 2002, se recuerda tristemente que una de las acciones de los banqueros afectados por las medidas y acciones llevadas por el INDECU en esas horas breves del golpe, fue solicitar a la presidencia del INDECU los expedientes que favorecían a los usuarios contra el agio perpetrado por la banca y sus agencias.
También durante la gestión del INDECU en esos momentos la población venezolana, consumidores y usuarios todos vieron con beneplácito la promulgación de la Ley De Protección al Consumidor y al Usuario el 04 de Mayo de 2004, por el Presidente Hugo Chávez, ley que protegía al público a que estaba destinado, es decir al Consumidor y al Usuario, en esta época también se libró una lucha férrea bastante exitosa contra la banca y su capital especulador al legislar y actuar contra los llamados créditos españoles y mexicanos para viviendas y los denominados créditos y cuotas Balón, figuras crediticias que permitían la acumulación de intereses para los programas de acceso a viviendas y vehículos, créditos que establecían en la letra pequeñita de los contratos el cobro ilegal de intereses sobre intereses, en perjuicio por supuesto de los usuarios de este tipo de financiamiento, muchas fueron las víctimas y hasta mortales de estos créditos criminales, como también muchos fueron los beneficiarios por los alcances de esta ley, al igual que el resto de las normativas que impedían estos atracos criminales .
Al llegar Eduardo Saman a la Presidencia del extinto Indecu, una de sus facetas principales durante la nefasta gestión de Saman fue eliminar de plano una de los contenidos principales establecidas en la Ley de Protección al Consumidor y al Usuario, cómo fue lo relativo a la Educación al Consumidor y al Usuario, quizás el más importante aspecto, para ese entonces hubo tanto en el INDECU central, como en las Coordinaciones Regionales el funcionamiento del llamado Departamento de Educación al Consumidor, dependencia exitosa, pues para la época existieron funcionarios que desarrollaban este importante elemento educativo que propendían a educar al consumidor, al usuario, igual que al infractor de la ley.
El renombrado Samán, luciéndose no con los consumidores y usuarios, vaya usted a saber con quién, de golpe y porrazo comenzó con el desmantelamiento de las políticas oficiales que garantizaban los derecho constitucionales del pueblo plasmadas en la LPCU.
Grato es recordar que para esos momentos el INDECU, haciendo un gran esfuerzo logró la adquisición en una primera fase de dotar a cuatro (4) de las regiones o Estados de unas Bibliotecas con sus Aulas Virtuales móviles, (autobuses de fabricación nacional, dotados de infraestructura y material audiovisual, video beams, libros, folletos) destinados a desarrollar una política educativa primeramente a los niños en las escuelas y comunidades organizadas, lamentablemente luego de la llegada de Eduardo Samán al INDECU, estas unidades educativas fueron desmanteladas de sus equipos audiovisuales, de las computadoras y del resto del material educativo, para ser convertidos en simples autobuses para movilizar gente.
Así comienza el desmantelamiento del INDECU (comportamiento desleal de alguien que se reclama comunista) en primer lugar para luego convertirlo en Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), la posterior eliminación y derogación de la Ley de Protección al Consumidor y del Usuario y hasta las Oficinas Municipales de Defensa y Educación del Consumidor y del Usuario del alcance te local previsto en la LPCU.
Comenzando así el abandono y aniquilación por parte del estado de todos los aspectos con rango y fuerza de Ley en favor del pueblo consumidor y usuario.
Más adelante en el 2009, Samán ocupó el cargo de Ministro de Comercio, de gris gestión, no pasó de señalar algunas de recomendaciones, al igual que fue gris y sin mayor relevancia, cabe acá mencionar como uno de su errores garrafa les y nefasto, el retiro del estado venezolano de los convenios llevados con la ONU y la Organización Mundial de Comercio en cuanto a las Normas de Estandarización Mundiales, conocidas por su nombre en idioma inglés como International Standardization Organización ó ISO, por sus siglas anglosajonas, normas que permiten a cualquier nación el acceso a herramientas e instrumentación de acceso a conocimientos, tecnologías y aplicaciones para producir bienes y servicios de calidad en nuestro país, esquemas que hasta los países menos desarrollados del mundo los tienen, hasta Cuba, que pese a la sanciones que les son impuestas por los EE UU, las tienen, dejando en orfandad tecnológica no solo al aparato productivo privado, sino también a nuestras industrias básicas, como PDVSA, FERROMINERA, VENALUM, ALCASA entre otras del acceso al no poder acceder a las Normas Internacionales de Calidad, como las ISO 9000, IS0 9001 y otras, normas de costosa adquisición cuando se accede particularmente.
También su pasantía en el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual, donde realizó una actuación sin mayor logro pues su última legislación data del año de 1956, es decir ni mencionó su necesaria y urgente actualización.
El gobierno nacional tal vez tardó en sacarlo fuera del espectro político, espacio que no le fue provechoso en ninguna de sus aspiraciones electorales, ni en su primera presentación, actuación en la que apenas logró captar la atención de algo más de cuarenta mil votantes, sus ejecutorias ya pasaron a ser recuerdos del imaginario popular, tales como la areperas socialistas, programas efectistas y populistas, sin trascendencia, no porque su contenido no fuese de importancia, como lo es la alimentación, si no por lo improvisado y temporal del programa.
Hoy se presenta ufano y hasta de «presidenciable», imagino por el boom propagandístico, (tipo efecto alkacelzer, pues dura lo que dura los ácidos en contacto con el agua), resultante de su inhabilitación tardía, los números y cifras lo delatan, por supuesto están ahí al alcance de todos, es decir, no mienten, en su última participación electoral obtuvo solo cuarenta mil (40000) votos del favor electoral recibido.
Al parecer la decisión de postular a Samán por el PCV y la APR fue tomada muy a la ligera, no se evaluó en absoluto su gestión, actuación que alcanzó tal estupidez de dejar a Venezuela como el único país suramericano sin Ley de Protección al Consumidor y al Usuario.
Sin dejar de señalar que el trabajo realizado en los organismos que dirigió fue nefasto, desde hace rato lo vengo afirmando, Eduardo Saman será recordado como el sepulturero del INDECU, del INDEPABIS y de todo vestigio legal del estado venezolano que favoreció alguna vez al pueblo consumidor y usuarios de este país.