¡Un Mundial es mucho más que fútbol!

Un Mundial no solamente es reflejo sino también proyección. Primero para el país anfitrión. Este año se trata de Rusia. A pesar de la imagen negativa que puede proyectar un régimen autoritario, con una política exterior agresiva y sin buenos resultados económicos, el país, y su autócrata, Vladimir Putin proyectarán durante varias semanas una imagen festiva y atraerán a muchos turistas.

El Mundial es la revancha de los pequeños países en la globalización. Ni China ni la India, ni Estados Unidos ni Rusia pintan mucho. Sí lo hacen los pequeños países nórdicos, Camerún, Paraguay, Uruguay o los Balcanes. Es particularmente la revancha de Latinoamérica que, como un hecho único en las competencias deportivas, compite pie a pie con las viejas metrópolis europeas, en la cúspide mundial.

El futbol, más que cualquier otro deporte, es subjetivo. Depende del entrenamiento, de la calidad de los jugadores y de las infraestructuras, pero también de las percepciones, la autoestima, el público, la cohesión del equipo y su proyección. Es decir, el futbol es político aunque a muchos no les guste y uno no puede entender lo que pasa realmente en el Mundial si se toman en cuenta todos estos elementos.

 

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