Un insulto racista del cuarto árbitro obliga a retrasar el PSG-Estambul

París, 8 dic (EFE).- Un insulto racista del cuarto árbitro a un miembro del cuerpo técnico del Basaksehir Estambul en el partido de Liga de Campeones que disputaban contra el París Saint-Germain en el Parque de los Príncipes, acabó con el plante de los jugadores y el partido retrasado a mañana.

Tras la sonora protesta de los jugadores turcos, la UEFA decidió que lo que queda del encuentro se dispute mañana a las 18.55 horas (17.55 GMT) con un nuevo cuerpo arbitral.

Era un duelo que debía certificar la clasificación para octavos de final de la Liga de Campeones de los parisienses, frente a unos turcos que ya estaban eliminados de Europa. La victoria del Leipzig frente al Manchester United dio el pase a los franceses, que ahora tendrán que ganar a los turcos para acabar primeros.

 

Apenas se había disputado un cuarto de hora, el marcado reflejaba un 0-0 en un desierto Parque de los Príncipes, sin público por la pandemia, donde todo se escucha, donde el más mínimo crujido se amplifica por el eco del vacío.

Así de fuerte debió sonar la palabra «negro» salida de los labios del cuarto árbitro, el rumano Sebastian Coltescu, en dirección al exinternacional camerunés Achille Pierre Webo, a quien señalaba por el color de su piel para que el colegiado principal, su compatriota Ovidiu Alin Hategan, le amonestara por sus sonoras protestas a una falta.

Webo, exjugador del Nacional de Montevideo, Osasuna, Mallorca y Leganés, se quejó ostensiblemente del uso de la palabra «negro», pero el colegiado no le hizo caso y le mostró la tarjeta roja.

«¿Por qué ha dicho ‘negro’?», gritaba el camerunés al colegiado, que no parecía entender la dimensión de la polémica.

El banquillo turco se indignó y, dirigidos por el francosenegalés Demba Ba, se agudizaron las protestas. Coltescu trataba de explicar que en rumano «negro» no tiene ninguna connotación racista a lo que Ba le aseguraba:

«¿Cuándo te refieres a un blanco le dices el ‘chaval blanco’?».

Mientras crecía la polémica, los jugadores del PSG también se implicaron. Ni la presencia del delegado de la UEFA calmó los ánimos y los turcos pusieron rumbo a los vestuarios, seguidos por Neymar y sus compañeros del PSG.

El duelo se trasladó a los pasillos y más allá, porque el Basaksehir es el club del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el asunto remontó hasta las más altas esferas del poder otomano.

Mientras la UEFA anunciaba que el partido se retomaría a las 22.00 horas y los jugadores del PSG calentaban en el pasillo que lleva hasta el césped, los del Estambul no daban señales de vida, atrincherados en su vestuario, convencidos de que el partido no podía seguir con ese cuarto árbitro.

La UEFA propuso sustituirle por el italiano Maurizio Mariani, asistente del VAR, pero la solución no satisfizo a los jugadores turcos, que no querían que Coltescu ocupara ningún puesto.

Mientras pasaban los minutos, sin que se tomara una decisión, la atención se trasladaba a las redes sociales, donde se sucedían las condenas contra el racismo, desde los jugadores del PSG y el club, hasta el propio Erdogan.

Sobre la mesa se puso la solución de que los jugadores de ambos equipos saltaran juntos al campo e hicieran algún acto fuerte de condena del racismo antes de retomar el duelo.

Pero tampoco fue aceptado por los turcos, decididos a marcar con un gesto su indignación.

Al final, ante el bloque de la situación, la UEFA decidió que el partido se finalice mañana a partir de las 18.55 horas, una solución salomónica que no evitará que el duelo entre ya en la historia del fútbol.

«A causa de un incidente esta noche en el partido de la Liga de Campeones entre el PSG y el Estambul, la UEFA ha decidido, en concertación con los clubes, disputar los minutos que quedan del duelo mañana con un nuevo cuerpo arbitral», indicó la instancia, que anunció también «una investigación profunda» e «inmediata» sobre lo ocurrido.

Pase lo que pase mañana, el partido habrá escrito una página inédita, nunca antes se había puesto sobre la mesa que un duelo se detuviera por un insulto de un miembro del cuerpo arbitral.

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