Alí Medina Machado (04-02-2024)
Grupo musical “Polimnia”.
La hoy, Terraza de la Radio Trujillo, así como la de ayer, primera Terraza del Bar Buenos Aires, han sido escenarios de infinitos acontecimientos humanos desde la perspectiva de la palabra, la cultura y el arte. Muchas manifestaciones superiores del quehacer espiritual trujillano que están guardadas en la memoria de nuestra colectividad sucedieron en este pequeño espacio inmortal. La mejor tradición trujillana subyace en ese tiempo detenido como obra en este lugar humanista por siempre, ayer y hoy, social y cultural, en el buen sentido de ambos términos, cuando se refiere al acontecer ético y estético del hombre por las manifestaciones de su mundo interior dado para la civilización que sabe desembocar en la cultura. La historia de este lugar entonces es una certidumbre; una historia sublime y bella porque no ha sido para lo épico sino para lo lírico, como decir para las creaciones del espíritu, de la conciencia, determinada por el lenguaje del arte que surge con ímpetu desde el espíritu, del mundo interior subjetivo, por las expresiones vivenciales del hombre convertido en artista. Este es un ambiente del sentimiento y del pensamiento.
Y ha estado aquí presente la música, la manifestación subjetiva más importante y trascendente, la más extendida en las comunidades desde lo individual hasta lo colectivo, solista y grupo en asociación para la comunicación. Dice Segrado (1977) “La Lírica se ha manifestado en numerosas formas, Donde más cercana se encuentra a la música es en la canción, y es en la canción cantada, como realización comunitaria con una función cultural o social, de donde salió la lírica”. (p. 171). Cuántas veces hubo canto cuando la primera Terraza; Luego, tantos y tantos recitales y conciertos de orquestas, de grupos y solistas que por aquí han pasado, en reiteradas ocasiones como grupos y solistas de importancia nacional: grupos y solistas más que todo venidos de Barquisimeto y Carora; de Mérida y de Valera, para decir que algunos de ellos fueron un “habitué” de este lugar, como Los Hermanos Gómez: un permanente proveedor de significado cultural y de utilidad artística a nuestro espacio radial trujillano.
En este febrero de 2024, nuevamente la Terraza se hace espacio musical cultural, en este momento, no de interpretación sino de reconocimiento a una agrupación institucional nuestra, verdadero ente patrimonial: el Grupo Musical Polimnia está presente allí. Y eso nos congratula mucho y nos alegra infinitamente, por lo que damos un fuerte aplauso a su integración humana y artística-
Cuarenta años tiene Polimnia, agrupación musical con una edad mayor ya, como podemos ver. Es una tradición entre nosotros los trujillanos y los no trujillanos también, que durante ese largo periodo siempre hemos estado a su lado, con nuestro reconocimiento y satisfacción; por su constancia y la perseverancia que los ha caracterizado, como el valor que son y representan, uno de los valores espirituales más resaltantes de la trujillanía, por su voluminoso hacer positivo, por lo que han creado y recreado, por el crecimiento y la proyección que han obtenido, por esa progresión en ascenso como son las obras humanas que se hacen desde el corazón y la conciencia atados al unísono. Polimnia es una de las grandes familias de la trujillanidad, es un orgullo que todos sentimos hacia ellos, sus hacedores e integrantes; ese árbol frondoso de armonías y sonoridades, una de las grandes catarsis que hemos tenido los trujillanos y no trujillanos en esos últimos años. Pero esa prolongada vida no ha sido, sino principalmente para ir llenando una inmensa biografía institucional, que en muchos aspectos se le ha hecho y que aparece en libros y periódicos, en folletos y programas y hasta en tarjetas de invitación que en incontables ocasiones han informado sus presentaciones en la ciudad, el estado, el país y en el mundo, porque sabemos que Polimnia, como agrupación artístico-musical se ha presentado triunfante en muchos países y ciudades de América y de Europa.
Los que vivimos siempre en Trujillo, cerca de instituciones culturales como el Ateneo de Trujillo, el Centro de Historia, la Biblioteca Mario Briceño Iragorry, la Universidad, la Radio Trujillo, instituciones escolares y centros sociales, y otros entes correlacionados; conocemos el gran movimiento y presencia de diversas agrupaciones que, en concreto, convirtieron a Trujillo y al Estado en una referencia de valor nacional. Siempre nombraremos, en primer lugar, a la Banda del Estado en sus distintos nombres temporales: Filarmónica, Sucre y Laudelino Mejías, y luego La Orquesta Sinfónica, sin faltar la Escuela de Música “Esteban Razquin” del Ateneo de Trujillo, semillero fecundo, la Orquesta de Cámara del Estado, la Orquesta Juvenil de Cámara, el MOCET, sigla del Movimiento Coral del Estado Trujillo, la Orquesta Típica del Estado, que, por cierto, lleva hoy el nombre esclarecido de Profesor Ramón Barrios Paredes, el Grupo Musical Opti- Mus, el Grupo Coral Preludio Quinto, el Grupo Ensamble de Trujillo, el Grupo de Cámara Conticinium, y otros que también tuvieron vida activa. En varias de esas agrupaciones estuvieron presentes como ejecutantes, tanto el profesor Ramón Barrios Uzcátegui, como sus hijos e hijas. El padre, un connotado músico con credenciales de mérito ampliamente demostradas, y sus vástagos, con una carga de inteligencia, vocación y animación para los asuntos de la música en su integralidad; estudiosos y voluntariosos para ese ejercicio tan exigente, disciplinado y complejo que es la música. Y en el centro de ese árbol familiar, la profesora Ramona de Barrios, esposa y madre en papel de ejecutora y supervisora de aquella educación en ese hogar de luz difundida que es la casa familiar de estos seres humanos tan notables, buenos y fieles, los Barrios, todos, a los que se han sumado en el trayecto otros jóvenes talentosos que han ayudado a fortalecer esta Institución que siempre se ha llamado Grupo Polimnia, hoy irresolutamente Patrimonio Cultural y Artístico del Estado Trujillo.
Que sepamos, dos distintos y permanentes usos ha tenido la palabra Polimnia entre nosotros. Como sabemos, Polimnia era una de las siete musas griegas. Compartió con la musa Euterpe la glorificación de la música en su devenir histórico. “Polimnia era la musa del canto solemne, representada siempre en actitud contemplativa, y presidía también el arte mímico” (Segrado, p. 231), mientras que su colega Euterpe es la musa de la música en tanto arte musical. El primer empleo lo hallamos en un hermoso poema llamado Polimnia, escrito por el poeta trujillano Luis Valera Hurtado. El poema aparece en su libro Secuencias Profanas, publicado en Trujillo en 1944. Es un poema de cuatro estrofas, las tres primeras, cuartetos y la última, un terceto; asimétricas y asonantadas, cuyo tema o asunto es la mujer en recuerdo y apetencia, igual a como se presenta el tratamiento de la mujer en las cinco letras que se conocen del vals Conticinio. ¿Extraña coincidencia? De ninguna manera, en la música y en la poesía trujillana la mujer ensoñada es una constante presencia, como asunto de la composición artística.
Para hablar un poco del origen y la trayectoria del Grupo Polimnia voy a citar parte de un artículo mío de la página Espacio Cultural del diario El Tiempo de Valera, de octubre de 1994, en la celebración del décimo aniversario del Grupo. El Grupo Polimnia nace el 24 de julio de 1983, en Trujillo, realizando su primera presentación en el Ateneo de esta ciudad el 19 de octubre de 1984, apadrinado por la Doctora Mireya Mendoza de Alvarado y el Profesor Alí Medina Machado. A los 28 días de su debut participó en Caracas en el Segundo Festival de Música Tradicional y Folklórica patrocinado por el convenio del CONAC-CTV, con la participación de 360 agrupaciones de todo el país, obteniendo el segundo lugar en el género tradicional.
Graba su primer LP a comienzos del año 1985, donde se plasma toda una variedad de géneros y ritmos musicales que muestran el polifacetismo de la Agrupación. A partir del año 88 hasta el 90 es subvencionado por el Ministerio de Educación. Realizando giras por el país y dando a conocer su trabajo musical. En el año 89 viaja a España (Islas Canarias) donde realizó conciertos en importantes escenarios y auditorios, alternando con grupos españoles y de otras latitudes. En el año 90, conjuntamente con el compositor Albes Pachano, graba su segundo LP. En el año 92 viaja a Puerto Rico, donde logró el aplauso estruendoso de todo el público en razón de lo completo de su repertorio. Desde el año 91 hasta el 94 fue subvencionado por el CONAC, realizando un trabajo pedagógico y cultural muy acertado y completamente productivo, además de sus conciertos en que hace resaltar la música venezolana como su función principal, combinando ese repertorio con otros géneros de música como boleros, tangos, música mexicana, cubana, colombiana, música de los Beatles, italiana, folklórica, de Alí Primera, música brasileña, música de cámara, etc. Al fin y al cabo, casi la totalidad de sus integrantes son músicos académicos, de un nivel culto y formal, lo que les permite transitar todo ese espectro musical universal. Finalizaba diciendo aquel artículo: “La alta calidad de la música, la particularidad de sus ejecuciones y el criterio selecto de sus temas han sido las cualidades más reconocidas de este grupo a todos los niveles”.
Si en sus primeros diez años hicieron todo eso, qué no han podido hacer y lograr en los siguientes treinta años, hasta hoy. Qué caudal de realizaciones y de logros es el palmarés de esta institución señera que nos llena de orgullo y de satisfacciones.
Pero no puede faltar el elogio al hombre, al supremo hacedor de esta proeza. Éste es el profesor Ramón Barrios Paredes, de gran personalidad y de contenidos integrales en su vida, largamente afortunada y colmada por el bien de la bondad y de la virtud, como cualidades del alma. Hombre de recia fe y constancia. El trabajo y la música son sus armas heráldicas no de carácter épico, sino lírico, es decir, conformado por el humanismo. Y para describir su personalidad, bien podría copiar yo algunos de los conceptos elogiosos que se hallan en el lenguaje de nuestros máximos escritores, cuando han descrito los contenidos humanos de José Gregorio Hernández, Monseñor Carrillo, Arnoldo Gabaldón, Mario Briceño Iragorry, entre otros. Yo bien podría hacer uso de uno o varios de los conceptos de Numa Quevedo, Mario Briceño Perozo, Arturo Cardozo o del mismo Cardenal Quintero, y aplicarlos al señor Ramón Barrios Paredes, encuadrarían perfectamente en su personalidad, porque este gran señor no ha hecho sino bienes en la tierra, emplear la gracia de su alma encendida al servicio de la inteligencia, la educación, la formación cultural del pueblo donde ha actuado siempre como incansable hacedor de obra constructiva, sencillo y asequible como él sólo, como lo son los hombres virtuosos. La moral lo identifica y nosotros lo aplaudimos por ser hombre de corazón abierto, de lenguaje entendible, de alma luminosa. Gracias, profesor Ramón por su generosidad, muchas gracias.
“El arte, -en este caso la música-, dijo el tratadista guatemalteco Juan Rafael Sánchez Morales, (1969) representa el estado cultural que los pueblos poseen”. (p. 11). Ciertamente, la música ha humanizado mucho a Trujillo, y es el primer bastión de nuestra cultura. En estos últimos cuarenta años, que es un largo trecho, esta institución artística ha estado siempre al frente de esa tarea cultural, ha dado la cara por Trujillo, lo ha elevado culturalmente. Por eso merece un gran elogio, una tributación, un trofeo que se lo damos todos los trujillanos y los no trujillanos que viven entre nosotros. Y le brindamos un gran aplauso con la fuerza del corazón, desde lo profundo del espíritu, como un verdadero acto de conciencia premial.
Muchas gracias a la familia de Polimnia. Ustedes son signo, ícono y símbolo de la mejor trujillanidad.
Poema
POLIMNIA
Autor: Luis Valera Hurtado (trujillano)
Embelesante hechizo de aquella noche toda nuestra.
El Demonio: paje astuto, rondaba a nuestro lado
tentándonos. Ensueño del paraíso perdido:
la serpiente, el amor, la duda y el pecado.
Tú sabías que mi boca enmielaba su beso
para la tuya, fuente inexhausta de emoción;
gruta hacia donde van ígneos mis deseos,
como tropel de Tántalos en peregrinación.
Tu beso, clara gota para los sedientos como yo.
Clara gota! Derrámala otra vez en mi boca,
y en el jardín nostálgico de mi corazón,
serás mi Eva, y yo tu Adán sin maldición…
Un beso así, con tanto arrobo urgido,
es madrigal escrito para leerse con el recuerdo.
Polimnia: dame otro mirto de tu arrayán florido.
Fuente: Valera Hurtado, Luis. 1944. SECUENCIAS PROFANAS. Trujillo. Ediciones Presente
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