Hace exactamente un mes, el 02 de noviembre del presente año 2020 se conmemoró un año más de “El Dia de los fieles difuntos”, fecha preservada por la Iglesia Católica en honor al alma de las personas fallecidas, para lo cual el ceremonial implica la visita de los familiares y dolientes, además de la atención especial de las autoridades por nuestros camposantos, los cuales en su mayoría son remozados para este momento tan significativo para todos.
En lo que respecta al Cementerio Municipal de Valera, en esta oportunidad y debido al confinamiento por la pandemia del Covid-19, pocas veces se ha permitido la aglomeración de personas en el interior del mismo, esto por lo del distanciamiento obligado y además por la evidente falta de transporte público y la inseguridad reinantes.
Por petición de varios vecinos, parroquianos del sector Lazo de la Vega, barrios Santa Eduvigis, Los Sin Techo, Simón Bolívar, La Floresta, El Onoto, y el cerro que comunica con Caja de Agua, nos trasladamos cámara y micrófono en mano para constatar el estado de abandono al cual ha sido sometido el cementerio, el cual en sus tiempos de luz artística estuvo adornado por vistosas estatuas y efigies de mármol alusivas a nuestros santos, a la Virgen María y a pasajes memorables en la vida de los difuntos.
Ese tiempo fue “sepultado” por la desidia, por la delincuencia desbordada, que ante la ausencia notoria de vigilancia, se apoderaron de estas instalaciones para convertirla en ideal “concha” en la penumbra y así esconder sus fechorías.
Irrespeto a la paz de los sepulcros
Se comenta que hasta orgías sexuales de inescrupulosos se suceden permanentemente, al igual que las parrandas nocturnas de los borrachitos de la zona y se ha vulnerado en gran modo la llamada “paz de los sepulcros”.
Muchas tumbas han sido profanadas para extraer alguna prenda a los cadáveres u osamenta de los difuntos y los mármoles que otrora demostraban los tiempos buenos del respeto por los muertos, han ido desapareciendo para ser vendidos como material reciclable de gran valor comercial.
En síntesis, podemos afirmar, que ya no hay respeto y se perdió la moral ciudadana, que da una parte especial a nuestros parientes familiares y amigos fallecidos.
El llamado por supuesto va a los personeros de la Alcaldía de Valera, a la Comisión de Servicios Públicos de la Cámara Municipal y a los propios vecinos de la zona, ya que es necesario no solo ejecutar una jornada integral de desmalezamiento, recolectar basura y escombros y por supuesto darle un cariñito navideño de pintura al lugar donde reposan muchos valeranos y gente que echó raíces en esta urbe de Mercedes Díaz y cuyos cuerpos inanimados reposan hoy en este sagrado recinto.
Vaya pues nuestra solicitud a Iroshima Vásquez, a los concejales valeranos y a la PNB, organización de seguridad ésta última que brilla por su ausencia, muy al contrario de cómo se les observa cuidando los comercios chinos en el centro de la ciudad, de manera muy efectiva y diligente por cierto.
Nuestro Cementerio Municipal requiere atención, y es por eso que DLA estuvo allí, palpando la realidad para que luego un improvisado defensor de lo indefendible, esos que no faltan nunca, diga que lo que denunciamos es falso… Recordamos con tristeza en esta Navidad la frase lapidaria que reza: “No importa morir, con tal de que el olvido no cubra nuestra tumba” ¡Amanecerá y veremos!
Gráficas Onésimo Caracas.