Un café para salvar al oso amigo

 

POR GUSTAVO BENCOMO

Hay algo tan típico como la arepa que no puede faltar en los hogares trujillanos: una taza de café. Un elemento cultural y gastronómico que nos despierta muy temprano con su olor que invade toda la casa, que nos hace compartir, que nos hace sentir cercanos y que hoy, a unos kilómetros de Boconó, germina con un nuevo propósito en el caserío de Las Negritas en Niquitao.

Hace unos seis años, Marcos Hidalgo, ingeniero en agroecosistemas, no imaginaba lo lejos que llegaría en su misión de ir tras las huellas del Oso Frontino por las montañas de Trujillo, travesía que con un gran equipo humano permitió que hace un año, su proyecto Oso Andino Guaramacal nacido en 2016, lograra consolidarse con la declaración del Ramal de Calderas como Parque Nacional para proteger el ecosistema donde habita el único oso de Sudamérica en tierras venezolanas.

El oso frontino, oso andino o conocido también como oso de anteojos, es el único de la familia Ursidae que vive en Sudamérica en el área de los Andes tropicales, asociada a las zonas de bosques andinos, bosques de niebla y páramos como los que tenemos en Trujillo y que se extienden por Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador e incluso zonas del norte de Argentina.

Lamentablemente por la acción humana este oso se encuentra en peligro de extinción por la reducción de su población como resultado de la fragmentación de su hogar, la deforestación y la cacería furtiva.

En Venezuela, Oso Andino Guaramacal es la única organización independiente dedicada al estudio y protección de este maravilloso amigo que funciona como regenerador de los bosques. Con apenas seis años de trabajo han logrado identificar y fotografiar a más de 29 osos en tierras trujillanas, incluyendo varios oseznos que representan una gran esperanza y los hace sentirse más cerca de su meta: lograr en los próximos 10 años que el oso frontino pase de la categoría “En Peligro” a “Vulnerable” en el país.

Pero, ¿Se puede lograr esto solo con la protección de su hábitat? Y es allí, bajo esta incógnita, cuando Marcos Hidalgo queriendo llegar más allá encuentra la respuesta en un proyecto que busca educar y llevar sostenibilidad a través del café a quienes también viven en tierras del oso en función de generar armonía entre las especies, pues sin educación de nada valdrá haber creado áreas protegidas.

 

Osos, gente y café

Subiendo las montañas, a ocho horas de camino en mula, se encuentra la comunidad de Las Negritas, un caserío aislado de la ciudad, sin electricidad ni conexión telefónica, pero muy cercanos al oso andino porque habitan en el área que conecta al Parque Nacional Guaramacal y el Parque Nacional Ramal de Calderas, bautizado como “Dr. José Gregorio Hernández”, ambos ubicados en Boconó y que son hogar del frontino y otras especies como el puma de montaña.

Allí se desarrolla el proyecto “Osos, gente y café” que es una estrategia que busca desde el 2021 generar un plan de desarrollo sostenible en esta zona en función de cambiar potreros de ganado por sembradíos de café cultivado de manera orgánica para reducir la deforestación y que sea capaz de generar un producto amigable con el ambiente que brinde ingresos para sus habitantes y tributos al proyecto Oso Andino que les permita seguir investigando y protegiendo al oso.

El comienzo de este plan se dio con 50 kg de semilla de café con el fin de restaurar los sembradíos que habían sido abandonados, eliminar potreros y generar sustentabilidad amigable con este ecosistema para quienes habitan en las áreas de conexión y cercanas al Parque Nacional por donde el oso transita.

Estrategias similares han tenido gran éxito fuera de nuestro país, como el lanzamiento de “Café Oso Andino” en Colombia, o el programa “Oso y miel” en Bolivia, que han servido de inspiración para que la actualmente se desarrolla en nuestro estado.

La visión de este proyecto en tierras trujillanas, es alcanzar las 40 hectáreas cultivadas con este café y de esa forma dejar un mensaje que trascienda para que las personas entiendan que podemos convivir con el oso sin dañar su ecosistema ni enfrentarnos a él.

Cada taza de café bajo este sello, representa una esperanza para el amigo frontino, quien ha tenido también como aliado a Río Verde y su principal patrocinante embutidos Movilla, quienes han promovido, capacitado y permitido que el sueño de ver al oso libre y sin peligro humano en su hogar cada vez esté más cerca. Pues no solo se trata de protegerlo, sino de encontrar en sus bondades a un amigo con suma importancia para la vida en el planeta.

Ahora el café desde Boconó tendrá un nuevo aroma y cada sorbo, un propósito para la vida, pues cada taza será…un café para salvar al oso amigo con profundo sentir trujillano.

 

 

 

 

 

 

 

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