La mañana del miércoles 6 de diciembre, se llevó a cabo el acto académico por medio del cual la Universidad de Los Andes a través de la Facultad de Humanidades, confirió el doctorado Honoris Causa en Filosofía, a Su Eminencia Reverendísima Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida.
El día comenzó con la Eucaristía de Acción de Gracia, donde el Príncipe de la Iglesia concelebró acompañado del Obispo de la Diócesis de El Vigía – San Carlos del Zulia, Monseñor Juan de Dios Peña y conjuntamente con el Obispo Auxiliar de Mérida, Monseñor Luis Enrique Rojas.
El clero merideño se unió en acción de gracia en la Catedral Basílica Menor de la Inmaculada Concepción, donde bajo el amparo de la imagen de la patrona de Mérida, se elevaron oraciones de agradecimiento por la distinción académica alcanzada por el prelado.
Al finalizar la eucaristía, las autoridades académicas de la Universidad de Los Andes, encabezadas por el Rector Mario Bonucci, los vicerectores, Académica y Administrativo y el secretario, los exrectores, conjuntamente con los decanos de todas las facultades y gran número de egresados, todos ataviados todos con toga y birrete, marcharon por las céntricas calles merideñas hasta el edificio del Rectorado de la Universidad de Los Andes, donde se desarrollaría el acto.
El Aula Maga se llenó de distinción y recibió a las autoridades académicas, a las autoridades civiles encabezadas por el gobernador Ramón Guevara, su tren ejecutivo, el clero merideño y el claustro universitario, para ser todos testigos del acto en el que se le otorgó al Cardenal Porras, el grado de Doctor Honoris Causa en Filosofía.
El Cardenal Baltazar Porras recordó que “el amor de Dios se mide en el servicio”, por ello aseguró que este reconocimiento se da más a la sede episcopal que representa que a su persona, por lo que agradeció con humildad esta distinción que le “compromete con la universidad y con la ciudad”.
El exrector José Mendoza Angulo, a quien le tocó la suerte de recibir al entonces joven obispo Baltazar Porras, cuando S.S. San Juan Pablo II lo designó Auxiliar del venerable Monseñor Miguel Antonio Salas, recordó que la academia había tardado mucho en reconocer los méritos de un hombre de Iglesia que, “ha sido el más ilustre e ilustrado de todos los obispos merideños”.