Ucrania y Venezuela:  espejo del accionar geopolítico en el inseguro mundo que habitamos

 

Por: Luis A. Villarreal P.

Debido a las circunstancias suscitadas por la invasión a Ucrania, es casi obligante que tengamos que relacionar los problemas del mundo con esos hechos que son vergüenza y preocupación para la civilización global.

Lo más preocupante, es que ya no se trata del movimiento fundamentalista religioso que hace lo que puede para instaurar el Estado Islámico a través del terrorismo, y en base al aprovechamiento del dogma de fe destruir todo lo que no se le parece y une, según sus líderes, por culpa de los ‘infieles’.

Se trata de un problema de mayor envergadura que ha empezado a erupcionar y a darnos a entender que estamos ante una peligrosa realidad política cataclísmica, en la que ya están posicionados quienes aspiran —por vía autocrática y militarista— la apropiación y conducción mundial; y por supuesto, los defensores del mundo libre  —contra quienes la conjurada revuelta está suscitándose —, que también tienen listas las respuestas correspondientes.

Ucrania es víctima y ejemplo de lo que analizamos.  Son secuelas de frustración del liderazgo autoritario de la Federación Rusa por no lograr la aspirada hegemonía —pese a su progreso de inserción en la economía mundial post soviética—, porque un pool de países tecnológicamente poderosos pero civilizados no lo han permitido.

Soberbiamente, Putin ha decidido utilizar procedimientos en contravención y desafío al derecho internacional establecido en aras de la convivencia y la paz, del bienestar y el progreso humano; tal vez con la recóndita intención de propugnar un ‘nuevo orden mundial’ bajo los parámetros y auspicios del movimiento globalista en ciernes.

Ya no es enfrentamiento de dos ‘superpotencias’, sino de tres.  Esta vez China juega en equipo con Rusia y sus respectivos estados vasallos contra EUA  y su coalición. Las armas que podrían usarse serían suficientes para extinguir la raza humana y, desde las cenizas y contaminación, repetir la historia de homo sapiens y ‘anunnakis’.

 Además, los imperios euro asiáticos ya han echado sus semillas en otros países subdesarrollados o no, cuyos dirigentes y seguidores promueven el odio hacia EUA para mantener sus respectivos estados de dominación y sojuzgamiento, y por ende seguir disfrutando de las condiciones de privilegio y ostentación, frente a sus connacionales hambrientos y en fuga, y sin proyecto de país democrático, prometedor y civilizado.

Este último caso, es el de Venezuela;  con el agravante de que la riqueza extractiva de minerales, petróleo y gas, nos hace —lamentablemente— una ficha importante de las potencias antagónicas que conocen nuestro potencial energético, digno de tener en cuenta en ambientes de embargo económico y confrontaciones bélicas.

Ucrania, por la presencia de la Federación Rusa dotada de poderío armamentístico y energético, no puede ser defendida militarmente por países vecinos, por la UE, ni por la OTAN, porque estos temen una escalada de aquella, y un paso sin retorno.

Venezuela, en tiempos recientes más álgidos, vivió la misma experiencia de no intervención, por la manifiesta ‘solidaridad’  de Rusia y China con el régimen opresor.

De manera que las naciones del mundo, y la ONU misma, están atados a las conveniencias y caprichos de los imperios, porque no podrán detener los desafueros de los países poderosos gobernados por autoritarios y militaristas, ni los de sus vasallos apoyados por estos.

Francis Fukuyama ha advertido, entre otros aspectos, «que en el centro de esta red se encuentra la Rusia de Putin, que ha proporcionado armas, asesores, apoyo militar y de inteligencia a prácticamente todos los regímenes autoritarios que, así como el Kremlin, ven en Estados Unidos y la Unión Europea (UE) a sus principales enemigos». Complementando que “La crisis actual ha demostrado que no podemos dar por sentado el orden mundial liberal existente. Es algo por lo que debemos luchar constantemente, y que desaparecerá en el momento en que bajemos la guardia”.

Guaidó, y quienes fungen de halcones de la oposición, han reiterado, ante la visita de los emisarios estadounidenses a Miraflores, que deben continuar las negociaciones en México, insistiendo que «cualquier levantamiento de sanciones debe estar condicionado a avances reales hacia la transición».

El cuestionado, anunció —haciendo lo que los cuadros opositores no han sido capaces en sus adentros— que se reactivará el proceso de diálogo nacional, con los distintos sectores de la oposición. Dijo que «hemos decidido reactivar con mucha fuerza el proceso de diálogo nacional con todos los factores políticos, sociales, económicos, religiosos, culturales del país». Expresó que el diálogo será para el “encuentro de todos los sectores por la paz». ¿?

El presidente Joe Biden —en estado de pre-guerra, gestionando lo que debe en su denuedo geopolítico contra Rusia y China— hizo lo que convenía hacer:  acudir al cuestionado venezolano —cumpliendo con los ‘pasos regulares’ que podrían ser una advertencia al visitado— para solicitarle a lo mejor la liberación o canje de presos, y su adhesión a la causa occidental ‘ucraniana’, con el aporte energético de petróleo, implicando suspensión de sanciones;  que es lo mismo que una propuesta para que se aleje del imperio ruso y de su presidente Putin.

 

 

 

 

 

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