Tuberculosis y otras enfermedades abundan en calabozos de cuerpos de seguridad 

Estaciones policiales y subdelegaciones del Cicpc

Con enfermedades crónicas tienen a los presos en calabozos de cuerpos policiales. 

 

La autopsia reveló que el privado de libertad que murió en el Seguro Social de La Beatriz tenía una desnutrición aguda y tuberculosis, lo que desnudó el estado en que los presos se encuentran en los centros de reclusión transitorios, en los que deberían estar no más de 48 horas.
Los calabozos de las estaciones policiales y de las subdelegaciones del Cicpc no son sitios adecuados para que un detenido pase más de 45 días y hasta cumplan condena en esos espacios.
Los traslados al Internado Judicial de Trujillo cada vez son más restringidos y además, en ese sitio no escapan del brote de enfermedades crónicas como la tuberculosis, dengues y enfermedades respiratorias.
Los cuerpos de seguridad no tienen los recursos para ofrecer alimentación a los detenidos, si no tienen familiares que suministren alimentos todos los días, deben esperar a que alguno de los internos se apiade de ellos y compartan sus alimentos.
Este año van dos presos de centros de reclusión policiales que han muerto en similares situaciones, con desnutrición y deficiencias respiratorias.

 

Directora del SS de La Beatriz negó atención

 

La “bomba” explotó el miércoles en el Seguro Social Juan Motezuma Ginnari de la ciudad de Valera, luego de que la directiva de ese centro de salud negara atención médica a un privado de libertad que había llegado con una insuficiencia respiratoria.
Los trabajadores del centro de salud denunciaron públicamente tal situación, aseguraron que no es posible que habiendo los insumos y los médicos, se le niegue el derecho a la vida a una persona por solo capricho.
Jhonatan David Cadiz Borges estaba recluido en el hospital José Gregorio Hernández de Trujillo, fue referido hasta el hospital del Ivss porque ahí había medicamentos para poder atenderlo, sin embargo, la directora de ese centro de salud, Marisol Materán, no permitió que la jefa de emergencia, la doctora Sarauz ingresara al paciente, a quien ni siquiera oxígeno permitieron que le colocaran.
En medio de varias discusiones entre la directiva y el personal médico, el preso del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas de la Subdelegación de Trujillo había muerto ante la falta de atención médica.
Ya había una contra referencia emanada por la dirección de ese hospital, donde aseguraban que el paciente no necesitaba atención médica y debía ser llevado nuevamente para Trujillo, sorpresa para ellos que cuando llegaron a verlo ya había fallecido, de inmediato quisieron culpar a los funcionarios que trasladaron el paciente, de la muerte del mismo.

 

Salir de la versión móvil