El orgullo de ser fanático del TRUJILLANOS FC, es un sentir único, es un corazón que se agita, es una alegría que se impregna en la piel, es una mente que vislumbra a su equipo siempre en la cúspide, siempre festejando, son las lágrimas y el dolor cuando las cosas no andan bien… ese orgullo se siente en lo más profundo del alma cuando las derrotas le taladran, pero que ese mismo sentir da la fuerza necesaria para reponerse y volver a la batalla con más bríos y firmeza… el orgullo de ser fanático del Trujillanos son los sentimientos capaces de exaltar, hacer llorar, besar, abrazar y estrechar las manos con un desconocido que en el graderío se coloca al lado tuyo, que en ese momento resulta ser lo más confiable y estimado amigo de batalla, un sentir que no tiene explicación.
Es que el ADN del TFC y los aficionados se entremezclaron desde el mismo momento en que se cruzaron. Recodamos que cuando TFC hizo el llamado a su primera práctica en 1981 la cual se desarrolló en el complejo deportivo de Plata Tres, desde ese primer día el graderío se veía colmado todas las tardes entre 4 y 6 pm para observar los trabajos del naciente equipo que se preparaba para incursionar en la Segunda División, lo mismo sucedió cuando TFC fue presentado oficialmente en el estadio “Olímpico” El Milagro enfrentó al Cúcuta Deportivo, las tribunas del recinto de béisbol se vieron rebosadas de público que auparon a los locales en la serie de dos compromisos frente a los colombianos…
Las bocinas con ¡A LA CARGA TRUJILLANOS! comenzaron a retumbar, haciendo desde ese día parte de su presentación e identificación…
Con estas palabras sólo hemos querido rendir tributo a todos los consecuentes y files seguidores del amarillo y marrón, protagonista de un deporte mágico, comentado y hasta soñado por otras plazas…
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Elvins Humberto González
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