La Revolución Bolivariana es el fraguado de un nuevo proyecto nacional, radicalmente distinto al ideado por las clases dominantes que gobernaron y dirigieron a la nación hasta el año 1999. Es el parto de un intenso proceso de reflexión. De pensar nuestro futuro. De imaginar la construcción del socialismo venezolano, como un modelo profundamente humanista. Es la mayor y más completa expresión de la democracia, entendida ésta como una forma de vida. Ya que, para lograr superar la crisis estructural de la formación social venezolana cuarto republicana, se hace necesario producir cambios estructurales, construir un nuevo modelo de sociedad.
Por lo que, construir la Venezuela Socialista es quizás, después de la gesta independentista de comienzos del siglo XIX, la empresa más difícil que nos hemos planteado los venezolanos a lo largo de nuestra vida republicana. Es la consolidación de nuestra segunda independencia. Y, ello no es poca cosa. En ese empeño estamos y de él no nos vamos a separar. Porque, “alcanzar la suprema felicidad del pueblo venezolano”, es el más caro objetivo de la Revolución Bolivariana.
Y es, precisamente, en los postulados teóricos que nos legó nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez; en el reciente llamado hecho por el Presidente Nicolás Maduro a repensar, retomar y profundizar los postulados originaros de la Revolución Bolivariana; en los propósitos y objetivos del Plan de la Patria, como hoja de ruta estratégica que guía al gobierno bolivariano hacia la construcción de la Venezuela socialista, en donde encontramos los principios que nos permitirán construir el Trujillo Socialista. De allí, la razón de nuestra candidatura a la gobernación.
Con ella, nos proponemos darle continuación a una gestión inconclusa (2008-2012). Gestión que veníamos adelantando, con miras a alcanzar la felicidad de los trujillanos y trujillanas, a partir de la formulación de un minucioso y realista diagnóstico de las fortalezas, limitaciones, oportunidades y amenazas existentes en el estado. Estudio que nos permitió conocer cuál era nuestra situación real en lo económico, político, social y cultural. El mismo, otorgaba a las Comunas, como nueva unidad de organización de la sociedad, el rol protagónico a partir del cual haríamos realidad la satisfacción de las necesidades y expectativas del pueblo trujillano.
La propuesta de desarrollo que imaginábamos, en aquel entonces, para el Estado Trujillo tenía como norte alcanzar la justicia social, la distribución equitativa de la riqueza regional, donde los servicios públicos elementales funcionaran (agua, luz, transporte, salud entre otros) con calidad y eficiencia revolucionaria, por la dignidad de nuestro pueblo. Con la intención que pudiéramos alcanzar la felicidad y viviéramos como verdaderos seres humanos. Por lo cuál, el desarrollo regional, tiene que ser entendido como un proceso que se inspira en el desarrollo humano integral, con miras a alcanzar el Buen Vivir de los trujillanos y trujillanas.
A partir de estas premisas, elaboramos el Plan de Gobierno (2013-2016), el cual llamamos II Plan Socialista Antonio Nicolás Briceño. Propuesta para la Gestión Socialista del Estado Trujillo. Sus líneas matrices fundamentales aún conservan su vigencia y pertinencia, las cuales estamos adaptando a la nueva realidad que vive nuestro país en estos años iniciales de la tercera década del siglo XXI. Seguro estoy que renaceremos de nuestras ruinas. El pueblo posee la certeza que la FE, le alimentó su ESPERANZA y ésta se transformo en CONVICCION. La convicción que saldremos del Oscurantismo como lo afirmó nuestro Libertador cuando le dio la Libertad a los Esclavos: “ Trujillo ha sido el Farol de la Patria…” (Hacienda Ceiba Grande, 23 de Octubre de 1.820.
¡¡¡ Nosotros Venceremos!!!)
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