Luis “El Teacher” Cárdenas.- Hoy es un gran día para Trujillo, la tierra que tiene a un beato que curó a enfermos estando vivo y ha hecho milagros ya confirmado por la iglesia después de su fallecimiento, como el doctor José Gregorio Hernández, y donde se le baila a San Benito, en honor al Santo Benito de Palermo. Y no es para menos, pues su equipo Trujillanos FC, que durante 30 años ha sido uno de los grandes animadores del fútbol venezolano, ha recibido su propio milagro, que le permitirá seguir dando batalla y es un motivo que celebran no solo en Los Andes, sino en toda Venezuela, porque los “Guerreros de la Montaña” no podían morir.
Después de un torneo nefasto en el 2020, no tanto por los resultados, sino por los miles de problemas económicos y con una plantilla que le hizo honor al apodo del equipo para guapear y aguantar la pela de la competencia sin rendirse, Trujillanos FC merecía ser rescatado. Y eso ha ocurrido este viernes de manera oficial, al confirmarse la venta al Grupo Empresarial Andrés Hurtado SAS, donde será presidido por el ex futbolista profesional Alfredo “Pepo” Sánchez y tendrá en la gerencia general a una planificadora como María Alejandra Albarrán.
Esta noticia ha trascendido en toda Venezuela y no es para menos. Quien ha pasado por el fútbol venezolano por décadas sabe lo que representa este club de colores aurimarrón, que tiene en su palmarés dos títulos de Copa Venezuela, tres subtítulos nacionales y un torneo corto (torneo apertura 2014), que le ha permitido gozar de dos participaciones en Copa CONMEBOL Libertadores y en cinco ediciones de la Sudamericana. Una tierra que ha parido a grandes futbolistas y que hoy en día incluso se destacan como entrenadores, como Leonardo González, Edixon Cuevas, entre otros.
Pero, más allá de esos logros, Trujillanos es un gran sentimiento no solo del estado Trujillo, sino también nacional. En una época visitar el estadio Luis Loreto Lira, ahora conocido como José Alberto Pérez era sinónimo de vivir un infierno y que para ganarle a “Los Guerreros de la Montaña” tenían que hacer un esfuerzo extra. No por nada le colocaron “El Cementerio de los Grandes”, pues muchos equipos tuvieron que morder el polvo en esa cancha, donde si bien el clima ambiente era agradable, el que se vivía desde las tribunas, por el apoyo de su afición y la garra de los protagonistas en el campo, les hacían la vida imposible al rival.
Como Jefe de Prensa de El Vigía FC viví en carne propia durante varias ocasiones ese ambiente. La intensidad, los cánticos, durante los noventa minutos de sus seguidores, con el permiso de los tachirenses que viven el fútbol de manera apasionada, los trujillanos no se quedaban atrás y la hostilidad hacia el rival siempre se hacía sentir.
Ahora, en tiempos de pandemia, donde el equipo no puede contar con el apoyo de su afición desde las tribunas, era necesario no dejar morir a un ícono de la región andina y del estado Trujillo. La imagen de San Benito seguirá pisando el campo para darle ese amuleto de suerte al Trujillanos, mientras que los que defiendan la camiseta deben recordar que no están en un equipo, sino en una representación histórica, que se ha ganado los corazones de los aficionados rivales, que prefieren seguir disfrutando de esas rivalidades en el campo y no ver morir más a otros referentes del fútbol venezolano, como ha pasado antes con Minerven, Marítimo o Pepeganga, por mencionar solo algunos.
Que Trujillanos FC haya sido tendencia en Twitter habla bien de lo que representa el club para el fútbol venezolano. Por esa razón, tras conocerse de su venta, pero permanencia en Valera, se ha creado un alivio para todos sus seguidores y para los que aún sin ser hincha del aurimarrón, por amor al balompié celebra que este club siga de pie y que nunca muera, sino que por el contrario, haya equipo para rato.