La gente en Trujillo capital salio sin miedo, caminando, en cola, pero sin dejar sus banderas de Venezuela, su pito, su gorra y la garganta bien clara para gritar sus consignas y participar en el cabildo abierto y marchar.
Todo se desarrolló con normalidad y pacíficamente, con la bendición de Dios y la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de La Paz y Coromoto, la iglesia Chiquinquirá se llenó, sin incluir a todas las personas que quedaron en la plaza Sucre, aguardando para participar en el cabildo abierto y la marcha.
La misa fue presidida por Monseñor Castor Oswaldo Azuaje, acompañado de algunos sacerdotes de Trujillo, con muchas emociones de todas las personas que oraron por Venezuela, el obispo leyó el comunicado sobre los acontecimientos del 23 de Enero de 1958, momento en que muchos elementos surgieron para que la conciencia se enraizara en la población. Al culminar la lectura del documento y pasados 61 años de esa acontecimiento hoy por hoy, monseñor Castor Oswaldo Azuaje recalcó que es un pecado que clama al Cielo querer mantener a toda costa el poder y querer mantener el fracaso en estas últimas décadas. Venezuela quiere
Cambio y transición de elegir nuevas autoridades nacionales,y de la experiencia reciente de los cabildos abiertos, ha sido un instrumento Constitucional que ha permitido que los ciudadanos se expresen abiertamente, ha abierto una puerta para elegir nuevas autoridades, para elevar el clamor de un cambio una concertación para una transición esperada, afirmó.
Las marchas organizadas para este miércoles 23 de enero, son signo de esperanza, algo nuevo, cambios necesarios para el desarrollo humano pero siempre en democracia y de acuerdo a la Constitución Nacional, estas marchas no son el final. Del camino sino un signo de futuro en proceso que debemos construir entre todos, sin excepción, no se. puede cargar el peso a una sola persona e institución porque somos una nación, y como ciudadanos e instituciones debemos asumir las responsabilidaes de recuperar al país,
No podemos ser simples espectadores de lo que sucede en el país porque somos ciudadanos de primer orden, todos estamos en esto, aunque sea rezando es importante la articulación de todos los sectores sociales.
Monseñor Castor Oswaldo Azuaje también hizo un llamado a los cuerpos de seguridad para que exista el respeto a los derechos humanos, por la libertad que ha costado sangre y sufrimiento, es necesario que todo transcurra en paz.
Aprobado el cabildo
Al finalizar la misa se dio inicio al cabildo abierto en la Plaza Sucre, con una multitud de personas gritando consignas, al entonar el himno nacional se dieron las intervenciones de representantes de distintos sectores sociales y gremiales y finalmente se dispusieron a marchar hasta la Plaza Mendoza, más de cinco cuadras de las calles de Trujillo se llenaron con la presencia de los trujillanos que piden a gritos un cambio en Venezuela.
Tribuna antimperialista
Mientras diferentes sectores democráticos se manifestaban pacíficamente en la plaza Sucre, en la Plaza Bolívar de Trujillo, desde temprano se activó la tribuna antimperialista y el alcalde del municipio Trujillo, Anyerson Hernández dijo que la actitud era mantener la calma, «porque no somos gente de guerra, no apostamos a la violencia ellos pueden hacer su marcha, nosotros con nuestros gritos y consignas, pero defendiendo al único Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro por los seis millones de venezolanos, así como elegimos concejales alcaldes y diputados, nosotros somos garantes de la paz y no de la guerra», dijo el Alcalde.
La marcha bajó y se mantuvo el respeto de ambos sectores, los cuerpos policiales custodiaron para que el orden se mantuviera y así fue, la gente gritó: libertad, cambio y necesidad de un nuevo gobierno en Venezuela.
Los derechos no se negocian
Monseñor Cástor Oswaldo Azuaje recalcó que hay grupos anárquicos y a ellos es que deben frenar los órganos de seguridad, porque los derechos no se negocian, no a la violencia, el reto debe ser de reflexión y oración como pueblo creyente y orante a la patrona de Venezuela y de Trujillo, Nuestra Señora de la Paz, que cuide a cada venezolano y a las familias que están en búsqueda de libertad y bienestar.
A través de las gráficas diferentes aspectos de los actos desarrollados: