Gilcely Linares CNP 15.221
Texto y fotos.
Cuando se registran guerras e injusticias en el mundo, las cuales lamentablemente traen muertes, tristezas y miserias, Trujillo capital sirvió este jueves, 12 de octubre, como sede de la edición número 41 de la Marcha por la Fe y la Paz.
El recorrido duró casi cuatro horas, partiendo desde el parque de La Trujillanidad, pasando por las principales arterias viales de la ciudad, incluyendo paradas especiales en distintas parroquias eclesiásticas, hasta llegar al Seminario Mayor Sagrado Corazón de Jesús.
Gozo, esperanza, hermandad, fraternidad y solidaridad quedaron en evidencia durante la jornada católica, organizada por la Diócesis del estado Trujillo y su Pastoral Juvenil.
Hubo gran concurrencia de jóvenes, aunque también acudieron niños y adultos. Cuerpos de seguridad, protección y rescate apoyaron el despliegue, a la vez prestaron asistencia a quienes lo requirieron por motivos de cansancio o salud.
Sin miedo
El obispo regional, monseñor José Trinidad Fernández Angulo, presidió la eucaristía. Emplazó a cultivar la fe en Cristo, quien da alegría y coraje para avanzar en la cotidianidad.
“No tengan miedo de manifestar el Evangelio hacia el encuentro con Dios. No tengan miedo a dejarse arropar por la luz de Cristo, la luz divina, de saber que no hay que desmayar en la vida”, expresó.
Al instante, monseñor le aconsejó a la juventud trujillana: “no se dejen arropar por falsas ideologías que matan; dejémonos llevar por Cristo que es el camino, la verdad y la vida”.
Invitó a rogar para que “el Señor vuelva su mirada hacia nosotros, nos conceda su esperanza y siempre nos preocupemos por servir. Que la Virgen de la Paz nos ayude a ser portadores de paz, una paz que viene cuando estamos en Dios y el que está en Dios nunca se cansa de promover el bien”.
Posterior a la misa, desplegaron actos culturales y recreativos. Igualmente se exhortó a mantener el acercamiento con Dios y su casa, en procura de tranquilidad y regocijo espiritual.
Voces católicas:
José Miguel Betancourt, párroco de la Iglesia Chiquinquirá en Trujillo: Participamos en la edición 41 de la Marcha por la Fe y la Paz con el propósito de reavivar la fe, reunir jóvenes de todas las parroquias y pedir por la paz del mundo, Venezuela y nuestros corazones.
Carlos Domínguez, vicario cooperador de la Iglesia San Alejo en Boconó: Participamos con un grupo de jóvenes en la Marcha por la Fe y la Paz, número 41, con gran alegría y entusiasmo. Acudimos porque la juventud ama a Dios, además, camina por la paz, la fe y para demostrar que estamos unidos como Iglesia Misionera.
Digna Valecillos, feligrés de la parroquia San Pedro Apóstol, Valera: Decidí participar como muestra de una Iglesia de Cristo vivo y resucitado, de juventud, fe y esperanza para todo el mundo. La espiritualidad estuvo presente. Residentes de distintas localidades vinimos a la ciudad de Trujillo a tan hermosa peregrinación.
Juan Flores, feligrés de la parroquia Santa Rosa de Lima, Trujillo: Me uní a la caminata católica para exaltar el Reino de Dios y ponerlo en lo más alto. Durante el recorrido y los actos en el Seminario Mayor Sagrado Corazón de Jesús hubo una extraordinaria asistencia.
María Alejandra Ruza, feligrés de la parroquia San Jacinto de Polonia, Trujillo: En el marco de la marcha pedí por Venezuela y para que cesen las guerras e injusticias en el mundo, las cuales han cobrado la vida de inocentes. Junto a mi familia, caminamos, oramos y elevamos plegarias.
Luisana Escalona, feligrés de la parroquia San Juan Bautista, Betijoque: Los invitó a participar en los eventos programados para acercarnos más a la Iglesia y a Dios. Acompañada de mis amigos hice el recorrido por las principales calles del municipio Trujillo hasta llegar al Seminario, donde oramos por la paz.
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