Dice el maestro Isidoro Requena: “La novela trujillana es novela de la oralidad que asume la voz del campesino y la graba en escritura fresca y libre”. (1992: 45). Además reconoce los valores de la lengua, costumbres, religión, artes plásticas, música consagrada en la literatura.
Están presente no solo en la novela, sino en el ensayo, el cuento y en la poesía. Es el reflejo de su geografía, Trujillo en su conformación geográfica tiene influencia con el llano con Barinas, Portuguesa por Boconó. También por este municipio y Urdaneta con la montaña merideña, con la Zona Baja y La Ceiba con el Zulia, y una relación estrecha con la ciudad de Maracaibo. Con Carache el estado Lara, con la ciudad de Carora y Arenales.
Trujillo en su narrativa, el Dr. Requena nos recuerda la llegada de la imprenta a nuestra región en 1864. También la publicación de la primera novela trujillana con el título de “Bolivita” en 1901 de Ángel Carnevalli Monreal, publicada por entregas en El Correo de Aragua de La Victoria, siendo una novela eminentemente criolla.
La novela trujillana está clasificada con el siguiente orden: la narrativa criolla, como “Bolivita”, inspirada desde el liberalismo humanista. Este género que lo continúan Américo Briceño Valero, Manuel Fernando Mendoza. La novela social escrita por Segundo Joaquín Delgado con Mana Juana y Ni cobro andinos ni pago caraqueños. De Víctor Valera Martínez con la Brisas viene lejos, que se desarrolla entre Monay y Maquiche.
En la novela histórica escrita entre el ensayo y la narrativa se encuentra Los Riberas, de Mario Briceño Iragorry. En el estilo de la novela moderna los grandes exponentes son: Antonio Pérez Carmona con Paula, Ednodio Quintero, con la Danza del jaguar. Guillermo Morón con su novela El gallo de las espuelas de oro, desarrollada entre Cuicas y Carora, al igual que Los hechos de Zacarías, desenvuelta entre Arenales y Cuicas.
Pero la más destacada y sentida de este tiempo literario es País portátil de Adriano González León. También aparecen, No es tiempo para rosas rojas de Antonieta Madrid, y David Alizo con Esta vida de diablo. Otros títulos: Osman Aranguibel, Las Iras del orate. Rafael Ramón Castellanos, La Zarandalí. Salvador Peña Vásquez, Drama de honor, José Domingo Tejera Hernández, La esfinge indiana.
Afirma el maestro Requena, que Trujillo tiene como patrimonio, un sólido pasado histórico, con una rica historia política, social, económica, cultural. Pero sobre todo cultura, que se ha transmitido a través de una compleja memoria guardada en pentagramas sonoros, coplas, manifestaciones artesanales, de piedra, barro, madera y tejidos.
Con sus leyendas y poemas, Trujillo es un territorio histórico que por medios de sus acciones ha logrado transformar su propio destino, de hombres, de sucesión de generaciones que con la escritura ha sido capaz de “tejer y destejer una cultura” (1992. 12).
Bibliografía: REQUENA, Isidoro. Trujillo en sus novelas. Biblioteca Trujillana de Cultura. Valera. 1992.