Escribo el 1 de marzo de 2019 y en la ciudad de Trujillo (Venezuela) ya se está racionando el agua y eso que solamente tenemos unas semanas de relativa sequía (lo que llamamos ‘verano’).
En efecto, desde hace años Trujillo está confrontando un problema creciente por el desabastecimiento de agua, y de seguir tal tendencia, en unos años podría presentarse una gravísima escasez de agua.
En tal sentido, en el presente artículo haré referencia a una conversación que tuve con el Ingeniero Agrícola Rafael Olivar Caldera (Egresado ULA-NURR) que también es abogado y conoce muy bien el tema y hace importantes apreciaciones sobre tan alarmante situación.
El Río Castán abastece de agua potable a unos 50.000 residentes en el Municipio Trujillo, pero desde hace años su caudal está disminuyendo debido a varios factores. Uno de ellos es la desforestación indiscriminada e irracional en las zonas elevadas desde la naciente del río hasta la parte media de la micro-cuenca, lo cual obviamente ha ocasionado desde hace años una fuerte escorrentía y sedimentación que ha afectado el cauce del río. Otro factor, relacionado con la desforestación, es la expansión de la frontera agrícola con siembras de cultivos de ciclo corto (período corto) a una distancia de hasta medio metro de la orilla del cauce del río, lo cual ocurre desde San Jacinto hasta los páramos. Tales cultivos desvían agua lo cual ocasiona la merma del caudal y además, el uso de productos químicos (insecticidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes) ocasiona la contaminación del agua del río, y por ende, un problema de salubridad pública.
Asimismo, los cultivos en las pendientes montañosas aledañas al cauce del río ocasionan erosión de los suelos, lo cual contribuye a la sedimentación, la disminución del caudal y la contaminación del río.
Muchas lectoras y lectores se preguntarán: ¿No existen leyes ambientales para impedir tan grave ecocidio?…La respuesta es que sí existen importantes leyes ambientales en materia de aguas, suelos y bosques pero desde hace años no se han cumplido y todo ha estado sucediendo a la vista de los organismos competentes del estado sin que se hayan tomado medidas correctivas…¿Y cuáles podrían ser algunas medidas correctivas?…Considerando una jerarquía de prioridades, resulta demasiado obvio que el abastecimiento de agua para 50.000 habitantes es prioritario, y entonces habría dos medidas correctivas urgentes: 1) Decretar una zona de máxima preservación ambiental en la cual se impidan actividades de cualquier índole que puedan afectar el caudal del río. Es decir, un decreto que obedezca a un marco jurídico que garantice el aprovechamiento de los recursos sin alterar el equilibrio ecológico de la cuenca y así evitar en el futuro una sequía sin retorno. 2) Implementar una gestión de manejo ambiental integral que incluya un plan de reforestación con especies autóctonas en toda la zona de recorrido del río con el fin de recuperar su régimen hídrico.
Para finalizar, se trata de algo urgente…¡Sin agua no se puede vivir!!!