La histórica Casa de los Tratados del municipio Trujillo será el escenario el próximo 26 de abril de un encuentro sin precedentes entre saberes campesinos, académicos y culturales en el conversatorio “De la Tierra al Alma: Hablemos de café trujillano”, evento que busca rendir homenaje al alma del campo: el café.
Desde las 9:00 de la mañana, los invitados serán recibidos con un registro y acreditación formal. Poco después, el Técnico Superior Agrícola Adolfo Pérez Bacca dará las palabras de bienvenida y presentará a los distinguidos ponentes. Seguidamente, se ofrecerá un homenaje a los 240 años de la Universidad de Los Andes (ULA), con palabras del vicerrector del Núcleo Universitario «Rafael Rangel».
Momento I: El café como identidad rural
El ciclo de ponencias inicia con “De la Tierra al Alma”, a cargo del sociólogo rural Toribio Azuaje Azuaje, destacado por su trabajo en la columna Desde el Conuco, con más de 300 artículos dedicados al mundo agrícola. Su enfoque promete conectar la producción cafetalera con la identidad cultural y emocional del campesinado venezolano.
Tras la primera intervención, se abrirá un breve espacio de diálogo, seguido de una degustación de café trujillano y una lectura de poesía, fusionando así el aroma del grano con el arte de la palabra.
Momento II: Comunidades cafetaleras en foco
Luego, el Ingeniero Alirio Rangel Díaz, maestro en Desarrollo Regional y prolífico articulista, presentará la ponencia “Los pueblos de café”, donde expondrá la relevancia de las comunidades cafetaleras en el desarrollo local y nacional. Al finalizar, se habilitará nuevamente un espacio de intercambio con los asistentes y se ofrecerá una segunda degustación acompañada de una merienda típica.
Momento III: Café, agua y suelo: una trilogía vital
El cierre del evento lo marcará la ponencia “Agua, Suelo y Café”, que busca abordar los aspectos ambientales y técnicos que sustentan la producción cafetalera sostenible.
Este conversatorio, que combina ciencia, historia, poesía y sabor, se perfila como un homenaje al esfuerzo del campesinado y como una celebración del café no solo como cultivo, sino como patrimonio cultural y vínculo social.
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