La cantidad de denuncias y anécdotas sobre el incremento de personas con desórdenes mentales proliferan en todo el territorio trujillano, entre las preocupaciones más notables están los pacientes sin tratamiento que viven en la indigencia, transformando esta situación en una crisis social y de salud, por lo que este trabajo explora el fenómeno, que se salió de control durante el confinamiento de la pandemia.
La Organización Mundial de la Salud define las enfermedades mentales como la ruptura del bienestar y, de acuerdo a sus estadísticas, constituyen alrededor del 15% de la carga mundial de las enfermedades, de igual manera cualquier persona puede sufrir padecimientos de este tipo, agravado por la herencia y el entorno.
Datos alarmantes
Según los expertos, el aumento de personas con trastornos mentales que acuden a una consulta psiquiátrica ha aumentado en un 40% desde el comienzo de la pandemia.
Solo de marzo a septiembre, Psicólogos Sin Fronteras de Venezuela ha atendido más de 3.000 personas y ha dado más de 5.500 citas, de todas las llamadas de auxilio, el 70% son de mujeres entre 19 y 60 años.
De acuerdo una investigación de la agencia EFE durante el mes de enero, 45 de los 48 hospitales psiquiátricos de Venezuela estaban arruinados, y algunos cerrados por completo, por lo que cientos de pacientes están hoy a la deriva; por su parte el Gobierno no hace ningún comentario sobre el sistema nacional de salud mental.
Pandemia
Esta erosión se ha incrementado en medio de la pandemia por covid-19, justo cuando la Organización de Naciones Unidas (ONU) señala insistentemente la necesidad de trabajar más en esta área, a fin de aliviar los embates psicológicos del confinamiento.
Pedro Delgado, miembro de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, reseño en el año 2019 que apenas atendían a un 24 % de pacientes de la capacidad instalada, un número que bajó durante 2020, cuando algunos centros cerraron por completo por falta de personal, fármacos y fallas en los servicios públicos.
Medicamentos
La escasez de medicinas ronda el 80 % según la Federación Farmacéutica, el estudio desvela que hay escasez de 100 % en algunos hipnóticos, mientras que la falta de otras dosis como sedantes, ansiolíticos y antipsicóticos es superior al 70 %. Hay hospitales que tienen uno o dos medicamentos y eso es lo que ofrecen a los pacientes, que generalmente no son admitidos para hospitalización.
Indigencia
En Venezuela reina el desconocimiento respecto a las enfermedades psiquiátricas y esto se hace presente en la proliferación de personas en la indigencia, muchas familias prefieren abandonar a los pacientes al no poder controlarlos sin su tratamiento «El 90 % de los indigentes tenía un problema de salud mental».
Venezuela no ha elaborado un plan de salud mental en la última década, o al menos uno que sea conocido por el gremio médico, por lo que miles de personas en todo el país, de donde destacan las zonas andinas, con altos niveles de depresión y suicidio están abandonados.
Psicólogos Sin Fronteras de Venezuela, ha alertado que los trastornos mentales que se están dando en el país son debido a la emergencia humanitaria. Entre los trastornos más frecuentes están: trastorno mixto ansioso-depresivo, conflictividad en la pareja (la violencia intrafamiliar contra la mujer ha crecido exponencialmente durante el confinamiento), trastorno de adaptación, trastorno de ansiedad generalizada con episodios de pánico e ideación suicida; y episodios depresivos en general.
Sin asistencia médica
En estos momentos, en Venezuela, no existe la posibilidad de la hospitalización psiquiátrica en un hospital público. Los pacientes de este tipo solo tienen la posibilidad de acudir a una consulta con un psiquiatra después de esperar horas en las puertas de un hospital público para ser atendido.
Las clínicas privadas sí ofrecen este servicio, pero a precios imposibles. Las tarifas que manejan por hospitalizar a un paciente con algún tipo de trastorno mental oscilan entre los 900 y los 1.000 dólares diarios. Las consultas privadas de psiquiatras también existen en Venezuela, por supuesto, con precios entre los 30 y los 40 dólares por visita, algo inalcanzable para muchos.
Trujillo
Según la información suministrada por el archivo venezolano de psiquiatría, usando un instrumento diagnóstico se entrevistaron 599 sujetos adultos residentes en 4 comunidades rurales del Estado Trujillo, y se determinó la prevalencia de estos trastornos mentales: dependencia de tabaco, abuso a dependencia de alcohol, abuso o dependencia de drogas, depresión mayor, manía y esquizofrenia.
Los valores índice kappa (como indicador de la validez del DIS) fueron excelentes para «dependencia de tabaco» (0.84), «abuso de alcohol» (0.95), «dependencia de alcohol» (0.84), «abuso de drogas» (0.89) y «dependencia de drogas» (0.92). Los índices kappa fueron aceptables para «depresión mayor» (0.66) y esquizofrenia (0.57; y fueron bajos para «manía» (0.31). La prevalencia de por vida de los trastornos evaluados fue de 14.3 por ciento para «dependencia de tabaco», de 15.3 por ciento para abuso de alcohol», de 7.1 por ciento para «dependencia de alcohol», de 2 por ciento para «depresión mayor», de 1.8 por ciento para «manía y de 1.1 por ciento para esquizofrenia».
La dependencia de alcohol en hombres y de abuso en mujeres fueron mayores que los encontrados en la población urbana de Puerto Rico.
La sociedad requiere un manejo consciente y humanitario de estos pacientes, las enfermedades mentales requieren la asistencia experimentada para mejorar la calidad de vida del los que las padecen y un apoyo a sus familiares, de no ser así, la emergencia de salud mental puede acarrear un deterioro social sin precedentes, por lo que se invita a las autoridades pertinentes a tomar este fenómeno con responsabilidad.