Trujillo a través del tiempo | A 63 años de la muerte de Don Mario Briceño Iragorry

 

Este 06 de junio  cumple Mario Briceño Iragorry 63 años de su muerte, murió cuando contaba con 64 años. A esa edad  nos dejó un patrimonio cultural de la venezolanidad que lo plasmó con su escritura. Desde el ensayo nos unificó la memoria colectiva de Venezuela.

Desde 1953 sale al exilio primero a Costa Rica y luego a España. El 8 de diciembre de 1954 sufre un atentado por parte de la dictadura de Pérez Jiménez, a los días escribe “Sangre en el rostro”. Todo este tiempo permanece escribiendo. Además aprovecha y denuncia al régimen de sus atrocidades, ya que para ese tiempo era un escritor de gran prestigio nacional e internacional.

De esa manera contribuyó a derrumbar esta dictadura, que como todas siempre le llega el momento de la caída. A continuación transcribo una epístola que le envió Miguel Otero Silva a Don Mario, un encuentro entre escritores.

A más de 6 décadas el pensamiento y los valores permanecen vigentes, todo lo contrario al despotismo que le produce repugnancia.  “El silencio labra el instrumento de su triunfo en espera de la hora propicia para crear una conciencia de unidad”…. La Traición de los mejores. Mario Briceño Iragorry.

 

Caracas,  de marzo de 1.958

Mario Briceño Iragorry

Génova.

Querido maestro y amigo:

A esta libertad y a esta unidad les falta la presencia de Mario Briceño Iragorry. Así se lo escribí a Madrid, a raíz de los acontecimientos que acabaron con Pérez Jiménez, en una carta que debe haberse perdido. Fue algunas semanas después cuando me enteré de que ustedes andaban por Italia. Y no había podido volver a escribirle porque la democracia nos ha traído a todos un trabajo fatigante, doce horas diarias de brega, más las reuniones, más saludar a tantos amigos que vienen de las cárceles y del destierro. Hoy me robo unos minutos para enviarle algunos recortes de “El Nacional” y para repetirle que todos los esperamos.

Usted  ya sabe lo que pasó. Los detalles se los contaremos en viva voz aquí en Caracas. Hay sobrados motivos para ser optimistas y para tener fe en la desembocadura  de todo esto. Existen todavía peligros, no lo niego, pero la decisión de este pueblo y su conciencia claramente orientada hacia lo que busca, nos dan derecho a hablar con la fe que le hablo.

El periódico ha dado un salto tremendo hacia adelante al quitarle la mordaza. Hemos llegado a tirar ciento ochenta y siete mil ejemplares. Las máquinas no dan abasto y ha sido necesario pedir de urgencias nuevas rotativas. Su sitio en la página editorial también lo está esperando. ¿Por qué  no nos envía artículos desde Génova? O mejor, ¿Cuándo regresa?

Reciba un cordial abrazo de su amigo.

Miguel Otero Silva

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