En un recorrido por tres estaciones de servicio, en el municipio Valera, estado Trujillo, se corroboró la presencia de decenas de conductores en colas, de hasta tres días, para surtirse de combustible. Sin importarles la lluvia, caída en el inicio de esta semana, los ciudadanos aguardan pacientemente en las gasolineras de Cobrapsa, El Bolo y Punto de Mérida. Algunos de los entrevistados expresaron pasar necesidades como hambre, frío y desvelos innecesarios.
Darlin Viloria, quien esperaba en la estación de Cobrapsa desde el domingo con expectativas a surtir su tanque este martes, expresó que ella va y viene de su casa hasta que llega al límite de combustible. «Mucha gente va y cuida los puestos, me imagino que van a comer. Es el caso mío, cuando llego al límite, que ya no tengo gasolina, me tengo que esperar. Quienes tenemos familia aquí cerca, nos traen la comida, pues yo particularmente tengo una oficina cerca y voy y vengo pero eso sí, dejo la camioneta cerrada» contó la mujer.
Explicó que antes iba a las estaciones lejanas del eje vial, pero dejó de hacerlo por los rumores de robos de celulares y baterías.
Vienen de otros municipios
Los conductores, ante este panorama, prefieren apartar los puestos con piedras, cauchos y otros objetos, mientras están en sus casas o trabajos. Las personas, de otros municipios, sin embargo, no pueden hacer esto.
Miguel Ramírez, habitante del municipio Rafael Rangel, ubicado a 45 minutos de Valera, comentó que en su localidad es difícil surtirse, porque manejan listas de hasta 400 vehículos en espera.
«Yo soy de Betijoque y vengo para acá porque allá llegan solamente 12.000 litros de gasolina y se manejan unas listas que pasan de los 400 automóviles. Entonces uno cuando va a ir, si te toca ese número cuesta mucho, porque solo alcanza para 70 u 80 vehículos».
Ramírez, debido a su trabajo como transportista de rubros en la zona Panamericana, dice aguantar las necesidades en la cola, para poder cumplir con su labor.
«Uno tiene que trabajar. Yo llevo ocho días dando vueltas porque cuesta mucho conseguir gasolina. Las necesidades habría que aguantárselas. Uno se trae la arepita y el agua para aguantar y si se puede llegar a la casa en transporte público, hay que hacerlo» relató el conductor.
Pérdida de tiempo
Gustavo Álvarez, quien esperaba en la gasolinera del Punto de Mérida, explicó que entre ellos son solidarios y se turnan para ir a sus hogares. No obstante, ese problema empeora cuando deben hacer doble cola. «Hacemos tres días de cola para que nos llenen 30 litros de gasolina, que duran día y medio. Bueno, eso si logramos, porque el otro problema es que si estás de número 80 y llega el camión, le venden a 40 o 50 carros de la cola, mientras pasan a otros, a su conveniencia, y te quedas por fuera para perder otros tres días» expresó Álvarez.