Las noches en la ciudad de Valera tienen una movida diferente. Se observa una larga fila de carros en la avenida Bolívar, la principal de la ciudad. Y es que, al menos 400 vehículos están en espera de surtir combustible en la estación de servicio de precio internacional. “Solo vamos a surtir hoy 100 carros”, explica el funcionario policial que se encarga de poner orden en la cola.
El martes 13 de junio, la gandola que surte de combustible a la estación de servicio La Esperanza llegó a las 9pm. Los choferes tenían entre 26 y 24 horas con sus carros parados en la cola, ninguno se movía del lugar, porque si terminaba el día correspondiente a su placa, debían esperar 5 días más para intentar llenar sus tanques.
“Yo tengo fe de que si va a llegar la gandola”, “allí están los bomberos y policías en la bomba”, son algunos de los comentarios que se escuchan luego de pasar unas 18 horas en la cola. Los choferes, a pesar del desgaste físico que implica esperar por tantas horas, continúan con la esperanza de irse con el tanque lleno.
Las 9 de la noche es la hora en la que cierra la estación de servicio, pero, el martes 13 de junio, apenas estaban recibiendo la gandola que despacha el combustible. La tensión creció en el ambiente: “nos tienen que surtir hoy porque esa gasolina llegó para los de placa 3 y 4”, reclamaban quienes tenían más horas en espera.
Mientras que, los carros de placa 5 y 6, tal como unos leones acechando a su presa, llenaron las calles aledañas a la avenida Bolívar. Ellos pedían que les dejaran gasolina también.
“Llegó la gandola a la Esperanza”, se lee en un grupo de WhatsApp en el que hay 1025 personas de todo el estado Trujillo. Allí, los ciudadanos se informan entre ellos donde son los posibles lugares en los que surtirán combustible.
Luego del mensaje, más carros 3 y 4 se suman a la cola. A las 11 de la noche, la fila ocupaba unos 2 kilómetros de la avenida.
En simultáneo, la misma situación se vivía en las calles aledañas a las estaciones de servicio Cobrapsa y La Plata, ambas cobran el combustible en divisas.
“A mi me tienen que echar gasolina porque estoy aquí desde las 3 de la mañana”, reclamaba un señor, cuyas arrugas delataban su paso por la tercera edad.
Luego de varios reclamos y discusiones por parte de los choferes, los policías accedieron a pasar 200 carros a la estación de servicio, todos de placa 3 y 4. Los últimos en ser atendidos salieron a la 1:30 a.m, lo que equivale a 28 horas en espera. Por lo menos, unos 100 carros más con la misma placa, quedaron sin surtir.
Apenas se anunció el cierre de la bomba, los carros 5 y 6, que corresponden surtir el 14 de junio, se estacionaron en la fila para rogar que llegue otra gandola. A las 2 am, ya se había calmado el ambiente.
Son las 6 am del miércoles, otro mensaje en el grupo de WhatsApp: “Van a marcar 60 carros nada más 5 y 6”, comienza otro día de escasez.
La falta de combustible se ha hecho cada vez más aguda durante las últimas semanas. Las estaciones de servicio a precio internacional tienen largas colas, mientras que las que surten la gasolina subsidiada no les llega el carburante.
Por: Génesis Chinchilla ECS
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