Tres personas muertas y dos heridas, dejó como saldo el incidente armado ocurrido el pasado martes en la zona de Caño Los Negros, municipio Seboruco del estado Táchira, donde un presunto paramilitar irrumpió en una finca del sector El Cañal, y dio muerte a su propietaria e hirió al hijo de esta, con el propósito de apoderarse del predio agrícola, situación que dio origen a una confrontación armada, donde perdieron la vida un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas y el victimario.
Los hechos ocurrieron en la mañana y tarde del miércoles y movilizaron hasta el lugar, en calidad de refuerzo, a funcionarios de diversos organismos, que atribuyen el hecho a paramilitares del grupo conocido como “Los Rastrojos”, responsable de una gran cantidad de muertes en la zona norte del estado Táchira.
Asesinato de una anciana
Según la información obtenida en medios policiales se produce la muerte de una mujer identificada como Cristina Duran de Sandoval, de nacionalidad venezolana y 89 años de edad, propietaria de la finca denominada como “Los Espejos”, conocida también como “Los Sandovales”, ubicada en el sector Los Caños, vía a Seboruco, municipio Rómulo Costa del estado Táchira.
Se dice, y no existe claridad en cuando al número de personas, que hombres armados, integrantes de un grupo paramilitar, bajo el mando de un sujeto apodado “Candado”, ingresaron a la finca con el propósito de desalojar a sus propietarios y apoderarse de la misma. Mataron a la anciana con arma blanca y al darse cuenta que en el lugar se encontraba un hijo de la víctima, que tras ver lo ocurrido intentaba escapar, le dispararon, y lo hirieron de dos balazos, sin evitar que el mismo, al internarse en zona boscosa, pudiera dejar el área.
Este ciudadano identificado como Arístides Sandoval, 46 años de edad, es auxiliado y al establecer contacto con las autoridades, informó que su progenitora había sido asesinada y que su cadáver estaba en la finca.
Enfrentamientos a tiros
Ante tal situación, la misma mañana del martes parte hacia la finca una comisión adscrita a la Base Contra Homicidios del Cicpc sub delegación de La Fría, para el levantamiento del cadáver, pero al arribar son recibidos a tiros por personas que se encontraban en el interior de la vivienda, lo que da lugar a un fuerte intercambio de disparos, en medio de lo cual, los detectives se repliegan a una distancia prudencial, desde donde solicitan refuerzos.
La respuesta fue inmediata, la llamada de auxilio es atendida por funcionarios de la sub delegación de La Fría, que rápidamente rodearon la finca, en medio de nuevas escaramuzas. Una granada del tipo fragmentaria, lanzada contra los detectives, se suma a las balas disparadas contra los mismos. Es entonces que resulta herido al funcionario Alberto Antonio Sotomayor Zambrano, quien es auxiliado y trasladado al CDI der Las Mesas, donde los médicos de guardia informaron su fallecimiento. También llega a este centro asistencial una funcionaria del Cicpc, que resultó con lesiones, al sufrir una aparatosa caída, en medio del fuerte tiroteo. A todas estas, ya habían partido otras comisiones de la policía Científica, para apoyar a los funcionarios situados, entre ellos de la sub delegación San Cristóbal, bajo el mando del comisario Carlos Luna, La Grita, comandados por la comisaria Liliana Núñez. También llegaron comisiones del Cicpc de Ureña, San Antonio del Táchira y Rubio.
La movilización policial fue general, hasta el punto que involucró a funcionarios de la policía estadal comandados por el comisionado José Ostos y de la Policía Nacional Bolivariana.
Abatido jefe paramilitar
Voceros del Cicpc manifestaron que durante el enfrentamiento fue dado de baja un supuesto jefe del grupo paramilitar conocido como “Los Rastrojos”, quien sería el responsable de la situación, pero explicaron que no suministraran su nombre hasta tanto no sea verificada su verdadera identidad.
“Es conocido como ‘candado’ y fue quien lanzo la granada de mano”, según se explico. Aun no se ha podido precisar la cantidad de sujetos que tomaron parte en el hecho, por cuanto los vecinos se han negado, por temor a aportar información. Tan solo se sabe a través de un testigo que al menos dos hombres fueron vistos en la finca, antes que se desatara el tiroteo. En este aspecto, se analiza el armamento encontrado en el sitio de los acontecimientos y que no se cree puedan pertenecer a una sola persona.
Se trata de una pistola Pietro Beretta y otra marca Tauros, ambas calibre 9 milímetros, tres escoteras y munición, que fueron entregados al Departamento de Balística para las experticias de ley y determinar si todas fueron disparadas durante el fuerte enfrentamiento.