Jerusalén/Gaza, 3 may (EFE).- La tranquilidad ha vuelto este miércoles a Israel y la Franja de Gaza, tras una intensa jornada de violencia que se saldó con un muerto palestino y ocho heridos, y que incluyó el disparo de más de 100 cohetes desde el enclave y fuertes bombardeos de represalia israelíes.
El cese al fuego alcanzado este miércoles, que según fuentes palestinas fue mediado por Egipto, Catar y las Naciones Unidas, acabó así con el intercambio de fuego más grave en lo que va del año, desatado ayer por la muerte del preso palestino Jader Adnán, en huelga de hambre.
«Celebro el restablecimiento de la calma en Gaza e Israel tras casi 12 horas de hostilidades. Agradezco a nuestros socios locales y regionales por su compromiso. Si nuestros esfuerzos hubieran fallado, correríamos el riesgo de estar en medio de otra escalada mortal», anunció en su cuenta de Twitter el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland.
Si bien Israel no ha confirmado oficialmente el alto el fuego, la población a ambos lados de la valla de separación vive hoy una jornada de calma, tras los últimos ataques de esta madrugada.
Este repunte de tensión comenzó ayer en la madrugada, tras anunciarse el fallecimiento de Adnán, miembro de la Yihad Islámica Palestina (YIP) que murió por el deterioro de su salud tras pasar 86 días en huelga de hambre en una cárcel israelí.
Menos de tres horas después, las alarmas antiaéreas despertaron a los habitantes de las comunidades israelíes colindantes con Gaza, avisando del disparo de cohetes por parte de las milicias del enclave.
Un grupo de facciones palestinas de la Franja, incluyendo a la YIP y al movimiento islamista Hamás, se atribuyó el lanzamiento de los cohetes en venganza por la muerte de Adnán, oriundo de Cisjordania ocupada y convertido en símbolo de resistencia para los presos palestinos a fuerza de cinco huelgas de hambre durante sus diez detenciones en prisiones israelíes.
En total las milicias palestinas lanzaron 104 proyectiles, de los cuales solo siete causaron daños o heridos. De los 97 restantes, 24 fueron interceptados por el sistema de defensa antiaérea Cúpula de Hierro, 14 explotaron dentro de la Franja, 11 cayeron al mar y 48 impactaron en áreas despobladas dentro de Israel, según cifras del Ejército.
Uno de los impactos se saldó con tres trabajadores chinos heridos en una obra en construcción en la ciudad de Sderot, dos de ellos en estado leve y uno con heridas más severas.
BOMBARDEOS DE REPRESALIA
Los bombardeos de represalia israelíes comenzaron poco después de la medianoche y tuvieron como objetivo posiciones de Hamás, que gobierna en Gaza y al que el responsabilizan por todas las hostilidades que emanen desde allí.
Según un portavoz militar israelí, sus tropas utilizaron aviones de combate y tanques para atacar campos de entrenamiento, fábricas de armamento, almacenes de armas, túneles y bases militares.
Estos bombardeos, según el Ministerio de Sanidad gazatí, se saldaron con la muerte de un hombre de 58 años y con otros cinco palestinos heridos.
La situación se estabilizó al amanecer, después de que las últimas sirenas sonaran a las 5.30 de la madrugada (02.30 GMT), al punto que el Ejército israelí comunicó hoy a los residentes de las comunidades cercanas a Gaza que podían retomar su rutina con normalidad.
La tensión sí continuó, sin embargo, en los pasillos del Parlamento israelí, tras el anuncio por parte del ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, de que los miembros de su partido no asistirían a las sesiones y votaciones de hoy en protesta por lo que consideraron una «débil respuesta» militar ante los cohetes lanzados desde Gaza.
El Likud, partido del primer ministro, Benjamín Netanyahu, respondió con un comunicado en el que advirtió que «el primer ministro, el ministro de Defensa, las Fuerzas de Defensa de Israel y las fuerzas de seguridad son quienes gestionan los sensibles y complejos eventos de seguridad a los que se enfrenta el Estado de Israel».
«Es el primer ministro quien decide quiénes son las partes relevantes en las discusiones. Si esto no es aceptable para el ministro Ben Gvir, no tiene por qué permanecer en el Gobierno», agregó el comunicado, que exhibe las tensiones internas de un Ejecutivo israelí que enfrenta además fuertes presiones externas con el movimiento de protesta en las calles contra su polémico plan de reforma judicial.
Pablo Duer