Aunque muchos prefieren callar y no declarar a los medios sobre lo ocurrido, está prohibido olvidar, sobre todo porque en Trujillo la memoria de corto plazo es muy frágil, y parece que una vez que ocurren los hechos la vida sigue igual como si nada hubiese pasado
Todavía hay mucho qué decir sobre la Sede abandonada del Museo Salvador Valero, porque no todo queda ahí, ahora los organismos nacionales y regionales, como el Ministerio de Cultura y la Dirección de Cultura quieren darse golpes de pecho, asumiendo responsabilidades que desde hace mucho debieron materializar, para evitar lo que hoy pasó.
De acuerdo a la documentación que hemos buscado de la situación del Museo, el estado de la edificación se puede dividir en dos etapas: la falta de intervención por parte de los entes competentes no solo para culminarlas sino para recuperar lo que hubo; el museo nunca contó con financiamiento ni presupuesto para hacerle mantenimiento preventivo, lo poco que se hacía era por parte de la coordinación de la institución y sus trabajadores. Limpiaba, hacían actividades expositivas, talleres, esfuerzos para darle vida al espacio, aún cuando no tenían como asumir el trabajo estructural y técnico, pero pese a esos esfuerzos, la estructura poco a poco, paso a paso, fue cediendo a las condiciones climáticas, lluvia sol, filtraciones.
Deterioro progresivo
El techo se deterioró así como la estructura metálica, y de esta manera se fue acabando progresivamente aunado a eso, ante la falla de luz, las lluvias taparon las cañerías, hicieron las gestiones para que esto fuera atendido y nadie prestó atención, en alguna oportunidad la Alcaldía de Trujillo prestó atención, hace como tres años, tanto equipo del museo y la coordinación administrativa del Nurr formó un colectivo de apoyo al Museo, el Ministerio de la Cultura, la Universidad, el Museo, artistas y vecinos del Museo, hicieron ejercicios de mantenimiento pero todo se quedó en el tiempo, nada se resolvía con esas acciones, y el ánimo y lo poco que se logró, decayó porque no llegó la ayuda sustancial para ver resultados a lo poco que hacían pequeños grupos.
Posición institucional
María Magdalena Briceño, coordinadora de Cultura del Núcleo Universitario “Rafael Rangel”, refirió al equipo de prensa del Nurr, que en la sede principal, situada en la Casa Carmona “Antonio Luis Cárdenas”, no había suficiente espacio para albergar las obras, por lo que fueron trasladadas a la sede del parque, cuando tenía asignado personal de vigilancia; algunas de ellas estaban desincorporadas por efectos de la contaminación y los materiales vulnerables que fueron utilizados para su elaboración.
En el informe consignado ante el Vicerrectorado, la también directora encargada del Musaval detalló que las piezas de la Colección de Arte reposan en la Casa Carmona y que amigos de lo ajeno sustrajeron material de museografía, específicamente 60 estructuras metálicas tubo 2 por 1; 30 estructuras de 3.66 m de largo por 2.20 m de alto; 30 estructuras de 2.50 m de largo por 2.20 m de alto; así como 20 cubos de estructura metálica y MDF.
El cableado en su totalidad, 10 lámparas fluorescentes circulares, 2 lámparas de pared, 9 bases de techo de 4 unidades de tubos largos fluorescentes, 11 plafones de cerámica, 5 apagadores, 11 tomacorrientes, 5 tableros eléctricos y bombillos fueron robados. A ello se suman 4 pocetas, 4 lavamanos, 1 urinario, 1 lavaplatos con su grifería, 1 alarma contra incendio, 12 puertas entamboradas, 2 rejas de protección junto con la destrucción de los vidrios de los ventanales.
La universidad procederá, mediante los canales regulares, a formular las denuncias en los organismos correspondientes. Aprovechó para solicitarle a la Alcaldía, Gobernación, Coordinación Regional de Cultural y Ministerio del Poder Popular para la Cultura trabajar en conjunto con la ULA en pro de la recuperación del Museo Parque y aplicar todo el peso de la ley a quienes cometieron el delito
Obras sin retirar
María Magdalena Briceño, coordinadora de Cultura del Núcleo Universitario “Rafael Rangel”, quien declaró al equipo de prensa institucional del Nurr, aclaró ante lo ocurrido en la sede artística en construcción situada en el parque Los Ilustres de Trujillo, que las piezas sustraídas no eran de la Colección del Museo de Arte Popular adscrito a la Universidad de Los Andes. “Las obras pertenecientes a la Colección de Arte del Museo ‘Salvador Valero’ (Musaval), adscrito a la Universidad de Los Andes en Trujillo, se encuentran resguardadas e intactas. Al ofrecer un balance de los daños causados destacó que “las obras que estaban en el recinto quebrantado son de artistas plásticos regionales que participaron en distintos programas expositivos en años anteriores, pero pese a la insistencia institucional no las retiraron”.