Las deficiencias en el servicio de traslado de pasajeros, en el estado y todo el país, han provocado la aparición de transportes no convencionales, que ponen en riesgo la salud de la ciudadanía. No porque los conductores de estas unidades no sepan lo que hacen o actúen de mala fe, sino que este tipo de vehículos (camiones, camionetas de batea y camiones cavas) no están adecuados para transportar personas. De hecho, los usuarios son llevados como ganado y sujetos de tubos o barandas con sus propias manos. Situación, que en cualquier momento, por acción de un frenazo en una curva, podría generar múltiples accidentes.
Adultos, ancianos y niños, en etapa escolar, se montan a como dé lugar en estos carros para poder llegar temprano a sus casas, trabajos y escuelas. En nuestra región, este servicio de transporte paralelo ya tiene una víctima mortal. Un trabajador de la Zona Baja se cayó de un camión en Sabana de Mendoza, municipio Sucre, y no volvió a despertar. Su muerte es sólo una advertencia a las autoridades y al gremio de transportistas para que lleguen a un acuerdo. Los usuarios necesitan una solución, sino este tipo de incidentes se pueden incrementar.