Aunque es común que en los negocios de Norte de Santander se comercialicen productos usando el peso colombiano o el bolívar venezolano, esto no ocurría del lado venezolano de la frontera; quizás en primer lugar porque la legislación venezolana establece como única moneda de curso legal el bolívar y en segundo término, por las fuertes restricciones que existen en ese país para la tenencia y uso de divisas.
Sin embargo, desde finales de 2017 compradores y comerciantes comenzaron a hacer caso omiso de éstos obstáculos y las primeras semanas de este 2018, la compra de alimentos, medicinas y artículos de toda índole usando como moneda el peso colombiano, se hace una práctica cada vez más cotidiana.
Al principio, éste tipo de intercambio tenía lugar entre vendedores informales, que generalmente ofrecen productos colombianos introducidos a Venezuela de contrabando y exigían a cambio el pago en pesos para evitar la pérdidas que pudiese ocasionarles la constante caída en el valor del bolívar.
Sin embargo, según explica el profesor de economía de la Universidad Católica del Táchira, Isidro Humberto Pérez, “la cada vez más acentuada escasez de efectivo y el hecho de que cada día más de 50 mil venezolanos van a trabajar a Colombia muy temprano y regresan en la tarde con algunos pesos en el bolsillo, ha estimulado la comercialización de bienes y servicios en moneda colombiana dentro del estado Táchira”.
Carlos Padilla es un vendedor informal que se mudó de Barranquilla a Venezuela hace ocho años, y desde hace seis meses tiene una pequeña venta de huevos, azúcar y café en una concurrida calle del sector Santa Teresa de San Cristóbal, en su local improvisado, exhibe desde hace unas semanas un aviso que reza “se reciben pesos” y dicen que la iniciativa provino de sus mismos clientes.
“Por aquí pasa mucha gente que va a Cúcuta a trabajar y regresa con pesos, entonces empezaron a ofrecerme pagar en pesos porque no conseguían efectivo en bolívares para comprar los productos; como yo tengo amigos en Cúcuta, me informo de a cómo amanece el cambio y en razón de eso pongo el precio del día”, dijo al tiempo de afirmar que diariamente recibe unos 30 mil pesos colombianos y que las ventas en bolívares se las cancelan principalmente vía transferencia electrónica.
Sin embargo, lo que comenzó como una práctica del comercio informal, ahora se extiende a los establecimientos comerciales e incluso a las empresas expositoras de la Feria de San Sebastián espectáculo oficial promovido por la alcaldía de San Cristóbal y la gobernación del Táchira junto a la empresa privada, donde el valor de la entrada se cotiza en 20 mil bolívares o mil pesos colombianos.