Al menos 300 trabajadores del Hospital Central de San Cristóbal están vendiendo alimentos y diversos productos en los 10 pisos del primer centro asistencial del estado Táchira, para poder sobrevivir y no renunciar a sus trabajos ante los bajos salarios que perciben, según manifestaron este martes 11 de mayo
Ante esta situación el director del centro de salud, Tito Zambrano, realizó una reunión este martes con el sindicato de trabajadores de la salud y algunos de los empleados que tienen las ventas, para regular a quiénes le venden y cómo lo hacen, pues teme que los pacientes se vean perjudicados.
La secretaria ejecutiva del sindicato de trabajadores, María Ramírez, precisó que el hospital tiene actualmente una nómina de 1.700 empleados (hace 10 años eran 5.000 trabajadores activos), de los cuales entre 300 a 400 venden café, chocolate, tortas, pasteles, galletas, chucherías, colonias, cremas, entre otros, menos medicamentos.
“Los trabajadores han tenido la necesidad de vender café, dulces, galletas, cualquier alimento para poder mantenerse porque la situación país, la problemática del gasto del transporte, los salarios que devengan lamentablemente no les alcanza para mantener sus hogares. Se hizo una reunión para canalizar cómo harán la venta porque la idea es cuidar y proteger al paciente, que reciban una asistencia adecuada, pero que el trabajador tampoco se nos vaya, porque tenemos déficit por los bajos salarios”, expresó.
Destacó que los trabajadores dejaron claro que si les prohíben vender sus productos tendrán que irse del hospital, porque no tienen forma de mantenerse ni de llevar alimento a sus hogares con lo que deposita el Ministerio de Salud. María Ramírez entiende que en los hospitales no se permiten las ventas ambulantes por las diversas patologías que presentan los pacientes, por lo que buscarán la forma de coordinar.
Siete meses vendiendo café
Erika Inestrosa labora como camarera desde hace 11 años en el Hospital Central de San Cristóbal y tiene 7 meses vendiendo café en los 10 pisos del centro de salud, con la finalidad de mantenerse y mantener a su hijo de 18 años de edad y a su mamá que es de la tercera edad.
“Es una manera extra de ayudar a mantenernos. Yo no pierdo tiempo mirando cuánto gané porque me dan ganas de llorar porque no alcanza ni para un kilo de azúcar lo que gano en el mes. Con el café ayudo a mi familia y todo lo que uno puede, porque ahorita uno está colando y tomando”, acotó.
Carmen Araque tiene 17 años laborando como camarera. Se ayuda vendiendo café, chocolate y tortas. “La mayoría del personal vendemos algo porque no nos alcanza el sueldo y lo que nosotros ganamos aquí no nos alcanza sino para un cuartico de queso y eso es todo, para poder ayudarnos nos toca vender café y chocolate para tener pesitos y no abandonar el trabajo”, expresó.
Precisó que ellos saben en las áreas que están los pacientes que no pueden consumir dulce o que fueron operados y no pueden ingerir alimentos, por lo que sus ventas no representan riesgo alguno.