Trabajadora pensionada: “Hago dulces y galletas para sobrevivir, porque mi sueldo me alcanza para medio kilo de queso”

 

Nancy es una trabajadora de la gobernación que hoy se encuentra pensionada, a sus 65 años admitió que debe trabajar de repostera para poder sobrevivir, su bajo poder adquisitivo como pensionada la motivó a salir a las calles de la ciudad de las siete colinas.

“Mi sueldo me alcanza para medio kilo de queso. Yo soy repostera, me ayudo vendiendo dulces, tortas y galletas para sobrevivir”, admitió la valerana quien vive residenciada en el sector Morón. Nancy agradece a Dios porque a pesar de su edad aún cuenta con buena salud para ejercer el trabajo de repostera desde su casa.

Esta trabajadora explicó que recibe un sueldo de 80 bolívares quincenal como pensión, lo que le alcanza solo para comprar medio kilo de queso. “Salí hoy a protestar porque no nos alcanza el sueldo ni pagar comer”, puntualizó Nancy. Esta trabajadora pensionada vive junto a su hija, quien también trabaja para costear los gastos del hogar.

Una profesora activa de la Universidad de Los Andes, Núcleo Rafael Rangel (Nurr), quien prefirió mantener su nombre en anonimato, coincidió en que los trabajadores venezolanos hoy se encuentran realizando actividades extras para poder cubrir sus gastos.

“Sobrevivo como todos los profesores universitarios, haciendo otras actividades fuera de la universidad, vendiendo quesillos, vendiendo tortas, vendiendo cosas usadas porque tampoco tengo familia en el exterior que me envíe dinero”, lamentó la profesora universitaria.

La profesional, quien trabaja en el área de ingeniería de la ULA, se encontraba en la marcha convocada por los gremios trujillanos junto a su esposo, también profesor universitario del Nurr. La pedagoga contó a Diario de Los Andes que a finales de los 90´s su esposo llegó a ganar hasta 1.300 dólares al mes por ser un profesor de alto escalafón, pero hoy el sueldo no llega a 30 dólares.

“Lo que nos dan de sueldo al mes no nos alcanza ni para ir a la universidad, tenemos que sacar de nuestros bolsillos para pagar los pasajes”, denunció la profesora, quien se mantiene firme en su labor de enseñar, la cual emprendió hace 22 años en la ULA.

“Me motiva la vocación, porque no quiero que el futuro del país se pierda, quiero que los estudiantes que todavía tienen el espíritu de asistir a la universidad no pierdan la esperanza”, afirmó la profesional universitaria, sin negar que a pesar de querer mantener la ilusión de enseñar en aulas de clase se encuentran indignados por los bajos salarios.

Pensionados viven de remesas

Juan Bastidas, profesor pensionado, afirmó que logra conseguir el dinero para mantener sus gastos gracias a sus hijos que se encuentran fuera del país.

“En mis tiempos buenos logré tener casa, carro y mandar a mis hijos a buenas universidades, hoy ellos se encuentran fuera del país y son quienes me mantienen, porque yo lo que estoy ganando mensual son 60 dólares”, lamentó Bastidas, quien vive solo en La Puerta.

César Colmenares, representante de los jubilados y pensionados de transporte terrestre, lamentó que durante años ha tenido que vivir tratando de comprar los artículos más económicos del mercado y así poder ahorrar el dinero que le envían sus hijos desde el exterior.

“Mis hijos mayores tuvieron que migrar para poder ayudarnos. Yo vivo con un hijo menor y mi mujer, es insuficiente un sueldo de 130 bolívares para nuestros gastos. Mi esposa también es jubilada y no nos alcanza el pago que los dos recibimos para cubrir la cesta básica”, finalizó Colmenares.


Por: Génesis Chinchilla ECS

 

 

 

 

 

 

 

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