Debilitado a depresión tropical, Harvey empezó a golpear el miércoles a Luisiana, pero en Texas, ya enlutada por la aparición de los cuerpos de seis miembros de una misma familia, las inundaciones seguían generando estragos, provocando dos explosiones químicas cerca de Houston.
Las explosiones tuvieron lugar este jueves en una planta química en Crosby (noreste de Houston), inundada tras las lluvias torrenciales provocadas por Harvey, informó Arkema, la compañía propietaria.
«Hacia las 02h00 locales el centro de operaciones de urgencia del condado de Harris nos notificó dos explosiones y humaredas negras procedentes de la planta de Arkema en Crosby», indicó el grupo en un comunicado.
Las autoridades ya habían evacuado un perímetro de 3 km en torno a la planta, que fabrica peróxidos orgánicos, un compuesto que se usa para elaborar plásticos y productos farmacéuticos.
A lo ancho de estas amplias llanuras del sur de Estados Unidos, que han recibido 41 trillones de litros de agua desde el sábado, socorristas trabajaban contrarreloj para encontrar sobrevivientes, mientras la magnitud del daño ya se vislumbra mil millonario y la recuperación se cuenta en años.
Harvey ha dejado 10 muertos, aunque las autoridades consideran que otros 23 fallecimientos «están potencialmente vinculados» a su paso y temen que la cifra se infle, mientras otras 30.000 debieron ser evacuadas de sus hogares.
El país se estremeció con el descubrimiento macabro de los cuerpos de una pareja y sus cuatro bisnietos, que estaban desaparecidos desde el domingo y fueron hallados en su camioneta sumergida este miércoles.
«A los estadounidenses que han perdido a sus seres queridos, Estados Unidos está en duelo con ustedes, y nuestros corazones están por siempre unidos a los suyos», dijo el presidente Donald Trump, un día después de visitar zonas afectadas en Texas.
Las precipitaciones dieron un respiro a Houston, –cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos y epicentro del desastre–, pero los pronósticos de más lluvias hasta el jueves hacen prever que las aguas tardarán en ceder.
«Es probable que las catastróficas inundaciones continúen durante días después de que pare la lluvia», advirtió la secretaria interina de Seguridad Interior, Elaine Duke.
Nueva Orleans, en el estado de Luisiana y que conmemoró el martes el duodécimo aniversario de Katrina que dejó 1.800 muertos, se preparaba para precipitaciones fuertes e inundaciones repentinas a medida que Harvey se mueve hacia el este.
Explosión en planta química
Harvey tocó tierra en la costa del Golfo de México el viernes como huracán categoría cuatro.
Aunque se degradó luego a tormenta tropical, hizo un segundo impacto en la mañana del miércoles en el suroeste de Luisiana, donde se registraban «lluvias torrenciales».
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) luego volvió a reducirlo otro escalafón, depresión tropical, sin dejar de advertir que continúan las condiciones para que se generen inundaciones peligrosas en Texas y el suroeste de Luisiana.
Un cuarto del condado de Harris, que incluye a Houston, está bajo las aguas, y una planta química de la francesa Arkema a las afueras de la ciudad registró una explosión, luego de que las inundaciones alcanzaran la instalación.
La empresa había advertido que un corte eléctrico provocado por las lluvias torrenciales impedía la refrigeración adecuada de los peróxidos orgánicos ahí guardados, por lo que existía riesgo de incendio.
Como precaución, las autoridades habían evacuado los alrededores de la planta, que también fue desalojada de sus empleados.
«Los peróxidos orgánicos son extremadamente inflamables por lo que, de acuerdo con las autoridades, lo mejor era dejar que el incendio se apagara por sí mismo», explicó Arkema.
La policía del condado de Harris informó que un oficial fue hospitalizado luego de inhalar humo de la planta. «Otros nueve fueron por sus medios al hospital como medida de precaución», agregó en Twitter.
Un residente local, John Villarreal, de 45 años, dijo a la AFP que cuando salió de su casa, a un kilómetro y medio de la planta, vio «mucho humo, se podían ver las llamas y el humo» en la instalación.
«Volver a lo que era»
«Mi corazón está aún más con el gran pueblo de Texas», tuiteó Trump.
El vicepresidente Mike Pence viajará a Texas el jueves para reunirse con personas damnificadas, y Trump debe hacer lo propio el sábado.
En Houston, donde el alcalde Sylvester Turner decretó un toque de queda nocturno para ayudar en las labores de rescate e impedir saqueos, los dos principales aeropuertos reabrieron de manera limitada este miércoles, señal de un lento retorno a la normalidad para esta ciudad de 2,3 millones de habitantes y más de seis millones en el área metropolitana.
A pesar de todo, la metrópolis intenta recuperar su ritmo habitual: el metro y la colecta de basuras retomarán sus servicios el jueves, y algunos residentes comenzaron a abandonar los refugios para volver a sus casas.
«Espero que a pesar de cuán masiva ha sido esta tormenta, la ciudad de Houston rápidamente pueda volver a lo que era y luego ir más allá», dijo Turner en rueda de prensa.
Texas, un gran estado petrolero, teme también un golpe a su economía luego que Harvey obligó a suspender las actividades de las refinerías.
La tormenta podría costar 0,2 puntos porcentuales de la tasa de crecimiento de la economía del país en el tercer trimestre, dijo el lunes Goldman Sachs.
El daño causado podría oscilar entre 30.000 millones y 100.000 millones de dólares, según estimaciones que incluyen a Harvey entre las tormentas más costosas registradas en Estados Unidos.