TÓPICOS | ¿UNA POLÍTICA SIN ANTAGONISMO? | Por: Camilo Perdomo

<…El hombre real existe desde la caída. No existe sin el Demonio: Dios no basta.> E. Sabato, en El escritor y sus fantasmas, 2004: 184.

La pregunta está invertida ante una afirmación de F. Mires escrita en su libro Teoría de la profesión política, 2001: 43. Allí, Mires, citando a C. Schmitt, dice: “Si los enemigos no logran mantenerse al borde del precipicio y caen en la guerra, peor para ellos”; y esto parece ser una regla de oro para asuntos del poder si seguimos esta pregunta: ¿para qué cazar una pelea que te va a llevar a la guerra? En el espacio político siempre hay riesgos en cuanto a pasar de la política a la guerra, de allí que Schmitt sugirió mantener el conflicto hasta que éste se diluya o se olvide. En la Venezuela de nuestros tiempos hay síntomas graves que indican la posibilidad de conflictos de guerra y con ellos la política cambiaría sus signos tradicionales. Pues cuando la política es pensada desde el concepto de enemigo y no de adversario, posiblemente se esté eliminando toda franja de diálogo y concesiones. Lo que de hecho es también grave. Ahora bien, si de lo que se trata es de declaraciones vacías y sin contenidos reales desde el poder para cohesionar grupos dentro de la lógica de lo emocional y así reproducir un tipo de poder que permite repartirse las ganancias del petróleo, también allí hay riesgos que han mostrado los teóricos que han estudiado los síntomas del poder: “Si quieres mantener la paz, debes disponerte a la guerra”, proverbio citado por Mires para mostrar una lectura de ese dato hecha por S. Freud: “Si quieres mantener la vida, oriéntate hacia la muerte” A partir de esas ideas yo identifico los signos que con más frecuencia aparecen en los discursos del actual poder político venezolano. Sin embargo, hay datos aleatorios en este momento (y Mires es bien puntual) necesarios a recordar: ¿Qué hubiese sido de Irak si Hussein hubiese aceptado sólo algunas peticiones de la ONU? Esto no quiere decir que el poder militar aliado al norteamericano no hubiese actuado, pero la pregunta es pertinente. ¿Qué hubiese pasado con Cuba y el mundo, si Nikita Jruschov no hubiese aceptado retirar los misiles ante el ultimátum de Kennedy? O si al menos los acuerdos que Milosevic firmó los hubiese cumplido, ¿habría sido bombardeada Serbia? En política los hechos son más crudos por lo que muestran sus consecuencias que por lo imaginario y, los tiempos del escenario internacional dicen que el poder es mucho más destructivo cuando el esquema de Schimitt: enemigo-amigo se ejecuta por capricho de algún líder mesiánico y populista. De esto se deduce que la guerra no es sólo un asunto de declaraciones o discursos que muevan las fibras emocionales de la gente para reproducir burocracias ineficaces, sino materia del conocimiento que va de lado con el poder tecnológico-estratégico. Los vencedores de las guerras siempre son aquellos que disponen de una tecnología de punta en un momento dado. ¿Está Venezuela en esa condición? El gobierno empieza a dar algunos pasos que pueden ser vistos con la metáfora de la aspirina: uno la carga por sí acaso, no necesariamente porque desea el dolor de cabeza. En efecto, Schmitt vio que “Quien da la medida de lo político es el Estado” ¿Y esto no es lo que tenemos en las grandes potencias del saber tecnológico avanzado? Tiene sentido preguntar ¿cómo es hoy el Estado en Venezuela? Tenemos una Venezuela violenta en toda su geografía, un antagonismo desbordado y una posibilidad de confrontación armada entre ejércitos, es decir: guerra declarada y real. La otra, la guerra pandillera la asimilamos con una frase puesta en circulación por los aparatos represivos-policiales: “ajuste de cuentas,” donde todos somos candidatos a víctima con el agravante de un Estado que no protege a nadie. Saque sus conclusiones.

camiloperdomot@gmail.com

@CamyZatopec

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