TÓPICOS| ¿UNA ESCUELA FUERA DE LA SOCIEDAD? Por Camilo Perdomo

 

<Lo que es demasiado especializado para un filósofo es, a veces, un elemento de la cultura general del sabio> G. Bachelard, en El compromiso racionalista, 1988: 40.

 

En esta doble crisis venezolana de Pandemia y modelo económico-político del Socialismo del SigloXXI, las áreas sociales más afectadas son la salud y la escuela. De la primera carezco de competencia para analizarla. De la segunda sí cuento con competencia a lo largo de mi carrera académica. El Tópico sitúa la idea de escuela fuera de la sociedad. Fuera no alude sus instalaciones, sino lo entendido por escuela vinculada con lo enseñado para una sociedad abierta. La idea al interior de esas instituciones es como guarderías donde la línea de acción es que funcionen recibiendo alumnos. Ese funcionamiento le interesa al funcionariado gubernamental como plataforma ideológica reproductora de los valores que por Socialismo del Siglo XXI se entiende hoy. En efecto, la idea de sociedad civil como las relaciones comunitarias de los ciudadanos, y caracterizada en teoría social por ser portadora de valores entre lo deseable y lo aceptable para el bien común de sus habitantes; queda allí ignorada. Incluso dentro de un discurso escolar que desde el gobierno predica el Estado Comunal, la Comuna y lo Comunitario. Curiosamente en Venezuela hay una neo lengua que circula prometiendo algo y en lo real haciendo otra cosa. Por ello no tenemos sociedad civil, sino un templete tropical polarizado, no tenemos ciudadanos reales y concretos en sus conductas, pero sí ciudadanos como palabra en los textos jurídico-constitucionales. Luego, ¿tenemos una escuela que construye sociedad y ciudadanía? Si miramos de cerca lo escolar, como invitaba C. Marx a leer lo social y que esos socialistas de hoy ignoran, en su interior no se practica lo cívico, el civismo y domina una idea de funcionamiento para complacer las directrices del patrón. Revise usted las tareas asignadas, ambiente escolar y relaciones entre representantes, alumnos y profesores. Observe de cerca sus discursos fuera y dentro del salón de clase y tendrá dificultades para encontrar prácticas comunitarias. Ante la suspensión de clases presenciales por la Pandemia, ¿le ocurrió algo a la llamada sociedad o al contrario emergieron nuevos obstáculos para construir ciudadanía activa? Ustedes dirán, opino que no. Si hablamos de rendimiento y cultura de la excelencia desde la escuela, para enfrentar la vida futura con una ética fundada en la responsabilidad, no tenemos más que ir a los centros académicos de prestigio internacional para saber si en estos 20 años podemos contar con una generación amante del estudio y negadora del “Diez es diez y lo demás es ñapa” Pienso que la escuela venezolana perdió, en el Socialismo del Siglo XXI, rastros institucionales que heredó de la democracia representativa. Los decretos de aprobar a como dé lugar a los alumnos es ese trazo a analizar hoy. ¿Cuál escala de valores privilegiar en una escuela cuyo camino es funcionar sin ninguna reflexión ni crítica? ¿Qué exigir a un funcionario escolar que ignora lo que es un concurso para ingresar y donde la recomendación de un comisario político sustituye todo rastro académico-científico? La escuela fuera de la sociedad de bienestar es un depósito de seres entregados a unos profesores para que sus padres tengan otras actividades socio-políticas. Allí el padre o representante no participa de la escolarización ni de la educación, pues sólo le interesa la promoción. De eso se aprovecha el aparato ideológico y siembra las bases del control político desde la escuela y luego en la familia. En tal sentido esa es la escuela del gobierno, pero no la que necesita la sociedad abierta. Saque sus conclusiones.

 

camiloperdomot@gmail.com

@CamyZatopec

 

Salir de la versión móvil