“Los documentos autobiográficos de Kafka están llenos de referencias al dolor y el tormento que le causa la escritura, llenas de referencias a la destrucción y el sufrimiento que la vida le ha procurado al tenerlo escindido entre dos mundos: el del trabajo en la oficina, y el trabajo de escritor.” Ver <Escritura y genitalidad> en J. Llovet: Por una estética egoísta p.274.
Asistimos hoy a la cultura de los derechos humanos nacidos de la declaración universal de los mismos. Desde allí la soberanía es limitada, pues buscando cumplimiento del derecho al trabajo, la vida, la libertad, ambiente limpio y a no importa otro derecho, el mundo se hizo multiétnico, multicultural. La pregunta inicial del Tópico tiene inocencia intelectual. El Marxismo (en sus diversos colores no tuvo esa preocupación) y centró su ideología en esta constante: “Se nace libre”, y el dominio está en la lucha de clases. De manera fanática sus seguidores reprodujeron esa simpleza. Luego dedujeron que no había distinción entre talento y mérito. La idea vino de lejos, pues en 1750 la Academia de Dijon, en Francia, premió a Rousseau por la manera como trató esa pregunta.
Rousseau dudaba de las bondades de la ciencia y las artes para depurar corrupción en costumbres humanas y planteó un contrato social donde se presumía que el hombre nace bueno y libre. El pequeño problema de ¿dónde se es libre y hasta dónde tu derecho limita el mío? no fue imaginado desde esos autores, y leyeron lo libre sin muros. El argumento de Rousseau en su obra fue: <La naturaleza hace al hombre bueno y feliz, pero es la sociedad la que lo corrompe> Tal principio liberal se interpretó como punto de partida para no aplicar regulaciones conductuales en la educación del niño y en algunas personas que no contribuyen a ganarse con su trabajo su vida. El corazón de la idea roussoniana buscaba leer el bien en un Estado social donde siempre será necesario leer hábitos de la gente inamovibles y ancestrales. Hoy con la digitalización de la existencia y la Globalización, el mérito, los trabajos tecnologizados y la formación ciudadana muestran ventajas comparativas entre sujetos vividores del Estado y contribuyentes a la riqueza del país. Así, Rousseau y Marx quedaron en la prehistoria del conocimiento postmoderno. Se evidencia que usted emigra de su nación, se lleva sus símbolos y hábitos al lugar donde hará su dato de vida, pero las costumbres del país hospitalario tiene que respetarlas. Luego los derechos no son naturales, sino prescriptivos.
En las naciones del primer mundo, el protocolo social es educar contra lo indeseable de la corrupción y mantener el bienestar social generado por los contribuyentes. Se busca de quien llega su integración. La práctica de saltarse normativas presupone que se contribuye con la destrucción de la calidad de vida, esto generalmente lo hace el inmigrante asimilado, quien piensa en provecharse de la nación que lo acoge y a la que ese sujeto dice no deberle nada. Incluso cuando se refiere a los nacionales de ese país se refiere como “Ellos”, no “Nosotros”.
De nuevo la necesidad del marco de la norma, derechos y procedimientos a los fines de distinguir integrado de asimilado. Eso probaría que el utilitarismo como ética contribuye en la conducta del sujeto para generar la crisis social. Entre nosotros hacer cumplir normativas inmediatamente fábrica un sujeto intolerante. Saque sus conclusiones.